viernes, 17 de diciembre de 2010

Más de 80 presos mueren en cárcel chilena calcinados por el fuego


Tengo una lucha interna, entre mi mente, mis ideales y mis enseñanzas religiosas, espirituales. Soy familiar de un oficial de policía, un médico, que realiza tareas como médico en un penal en el extranjero. La historia es larga, pero sin querer manipularla y espero confíen en mí, es así en pocas palabras: Médico, izquierdista toda su vida consigue trabajo en un órgano represor del estado. Primer día de trabajo, vuelve llorando a su casa. Dos frases para recordar a) "Viven entre los orines, excrementos, mugre, una miseria inimaginable, y ellos mismos rompieron todo, queman los colchones en protestas y después duermen sobre el somier tapados con trapos..." b) "Cuando vienen a consulta, entran de choros, yo los trato de usted, los escucho y enseguida reaccionan. Si los tratas como a gente, ellos se comportan como gente"Mi mente reacciona rápidamente, dice que muchos merecen vivir lo que viven, hoy hubieron nuevamente protestas y con celulares, hábilmente, mostraban las heridas de "personas" infringidas por la autoridad carcelaria. Yo pensaba cuantos de esos, que usan tan bien la palabra persona, habrán hecho lo mismo, incluso matado a otra persona y nunca se arrepintió, incluso como muchas veces se oye, lo volvería a hacer.Pero algo dentro mío dice que no, que no se paga con la misma moneda, incluso llego a racionalizar que un exconvicto es peor que cuando entró, pero por otro lado... muchos ya dejaron de ser personas útiles y dadas las condiciones reales, no van a volver al sistema, así que mejor perderlos por el camino.
Por otro lado me cansa escuchar pobreza igual a delincuencia, es humillante, racista, clasista, pero así veo a la sociedad chilena en su conjunto. Entonces entiendo como puede haber en la puerta de un supermercado de Chépica (año 2008) un póster institucional de Carabineros donde se ve una foto de una patrulla deteniendo autos bonitos con gente linda, frente a una población muy pobre. A esto se le sumaba un lema parecido a "controlamos por su seguridad". mi primera sensación fue, detenemos a la gente honesta y linda (blancos con buenos autos) frente a estos miserables que deben de ser todos delincuentes, no sea que estén secuestrando a alguien o robando el auto. Cuidado con los pobres!!!!También lo he sentido de amigos y familiares con buena situación, en varias ciudades que me dijeron muchas veces que tuviera cuidado en los barrios pobres de esa ciudad. He vivido en esos barrios pobres, son gente que trabaja todos los días y se mata para que sus hijos estudien y coman. No hay balazos, no te ofrecen droga en la esquina, no hay sangre en las calles, se vive con la felicidad y los miedos de cualquier otro sitio. Los chilenos, en su mayoría son cuáticos, exagerados, además de racistas y clasistas. No tienen idea lo que es la violencia de Argentina o Brasil, violencia que por temas sociales, de resentimientos, sumado a la drogadicción, se fomenta en Chile para que crezca a niveles de los países que he mencionado recién.Así como no estoy dispuesto a que se diga que los pobres no tienen más opciones que delinquir, ni que la culpa es de la sociedad cuando fulanito viola, roba o asesina, si es claro, para cualquier ser pensante, que generaciones de pobres, que no pueden salir de la pobreza, si fomentan la marginación, el resentimiento, la evasión por drogas y sin lugar a dudas genera violencia, personas muy violentas que es común terminen siendo delincuentes de lo peor.Porque delincuentes comunes... de gallinas, del descuido, chamulleros, esos siempre han existido y lo seguirán siendo, muchas veces por opción incluso.Lo´preocupante es lo que se viene, delitos cada vez más aberrantes, más violentos, sin sentido alguno, te matan por mil pesos, por las zapatillas. Ojo si la violencia en Chile llega a niveles de Argentina o Brasil, zonas enteras donde el estado esta realmente ausente, donde gobiernan y dictaminan los mafiosos. ¿Qué hacemos entonces? cómo hacemos un Chile más justo si prima el consumo, que eres por lo que tienes y además hay machismo, clasismo y racismo a niveles increíbles. Los extranjeros lo notan altiro cuando llegan a Chile, pregunten.A los que delinquen hay que meterlos presos, pero las cárceles ya no dan, están en ruinas, ellos mismos las hacen tiras, el sistema margina personas, el sistema considera que esos marginados son delincuentes, el sistema solo encarcela gente pobre, las mismas fuerzas policiales consideran delito la pobreza, meten preso a un joven por vender CDs piratas (una locura en cualquier lugar civilizado, meter preso a alguien por violación de derechos de autor, es para reirse si no fuera cierto y que aún murió esa persona) por que no multan al pirata y meten preso al alcoholico que conduce un buen coche con el que, posiblemente, en un rato, días o meses mata una familia en una carretera. Manejar un Mercedes borracho, es peor conducta delictiva que fotocopiar un libro, ¿y ese juez quién es? otro racista y clasista, no queda otra opinión. Y todo esto lo digo con mucho dolor, en Chile hay mucha gente que quiero y piensa así.Es evidente que hay que poner penas en que el condenado haga tareas en beneficio de algún grupo o de la sociedad en general. Mantenimiento de plazas, limpieza, colaboración en lugares donde haya impedidos, ancianos, animales en recuperación, etc.Lo que también dice este familiar, que trabaja en el penal del extranjero, es que los presos están las 24 horas ociosos, pensando como escaparse o como conseguir droga, alcohol o pastillas para evadirse un rato. Hay que hacerlos hacer algo productivo, si el pacto de Costa Rica, considera el trabajo forzado como no apto, pues empecemos que hay muchos que lo harían sólo por el hecho de salir de la mísera rutina, seguro la mayoría aceptaría más tarde o más temprano trabajar, incluso porque sería remuneradamente. Y los que no, a cambio de beneficios que se les obligue a estudiar, a terminar secundaria y con sólo estas cositas mucho cambiaría.Alejandro Dolina comentó una vez que él le temía más a los delincuentes estúpidos que a los inteligentes, porque un estúpido no mide lo que va a hacer. Nos conviene como sociedad educar a los delincuentes y educar a los que corren riesgo de serlo, ya, hoy mismo, quizás estemos entre el límite de lo controlable y lo que ya no tendrá control alguno.Y en cuanto al final de tu comentario Jorge, no sólo los políticos, también los con billetera, los que tienen algo de poder, hasta me supongo que una cara bonita de la televisión exigiría lo que no pide para los "rotos" o "flaites", lo que me hace acordar la campaña "pitéate un flaite", que a pesar de haber cientos de adherentes en facebook con nombre y apellido, ninguno fue ni tironeado de la oreja por discriminación y alentar un delito de homicidio.En Chile hay mucha ley injusta, justicia militar para civiles, incluso te juzgan dos veces por el mismo delito, una en civil y otra en militar llegado el caso. Las estructuras mismas de la democracia chilena están podridas, que mejor ejemplo de injusticia, de todo el peso del estado para meter preso a un joven por violación de derechos de autor o comerciales, por piratería de CDs. Un juez que lo condena con cárcel y que muera quemado en ella. Me da impotencia, tristeza, ganas de gritar, igual cuando escucho a un ministro soberbio, racista, primero acusando a un Pakistaní de terrorista en la televisión, nada de eso de que se es inocente hasta que se pruebe lo contrario. No, el tipo es terrorista y tiene que estar preso por las dudas. Y cuando la falta total de pruebas no da más margen que liberarlo o hacerlo desaparecer, el mismo ministro soberbio, dice que nadie puede quejare que todo el peso de las instituciones democráticas caigan sobre uno. ¿Ese señor se medica? ¿se olvidó la pastilla de la mañana? porque las instituciones no están para caer sobre individuos, están para protegerlos. Lo que él dijo, es lo mismo que se hacía en la Alemania de la segunda guerra mundial, todo el peso de las instituciones cayendo sobre millones de pobres desgraciados, y lo que se hace en China, eres culpable hasta que demuestres tu inocencia.

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