Aunque en la prensa peruana o
chilena se habla sobre los alegatos de La Haya, es claro que la mayoría de lo
que podemos escuchar en la TV son temas técnicos que escapan a la mayoría de
nosotros.
Pareciera que lo principal a
resolver y determinar es si hay o no un tratado de límites marítimos entre
ambos países. Chile asegura que el convenio de 1954 y la declaración de
Santiago de 1952 lo son. En cambio Perú dice lo contrario.
Chile asegura que, incluso, el
uso en todos estos años está a su favor y demuestra que lo límites existen como
se señala desde Santiago. Es más Chile asevera que no hay ningún problema con
los límites, que ya fueron delimitados y que Perú no puede reclamar.
Chile no es la primera ni va a
ser la última vez que tiene conflictos limítrofes en las últimas décadas.
Estuvo a punto de tener una guerra con Perú a fines de los setentas y otra con
Argentina a principios de los ochentas. Ahora Bolivia ya inició su estrategia
para enfrentar un caso contra Chile en La Haya.
Hace muchos años que Perú viene
solicitando definir este tema en forma directa junto a Chile. La posición
chilena siempre fue que no hay problema alguno y jamás abrió el debate.
Pareciera que en Chile hay un
grave problema de relacionamiento con los países vecinos, quienes creen tener
conflictos diversos y se les niega constantemente el diálogo con una verdadera disposición
de negociación para cerrar estos conflictos.
Hace décadas que a Chile se lo ve
en la región como un país armamentista, cuyos militares compraban grandes
cantidades de armamentos gracias a la ley del cobre.
Estos militares chilenos,
teniendo tanto dinero disponible, al igual que púberes compraban sus juguetes
bélicos con un supuesto afán de defensa.
Mientras sucedía esto, desde
países vecinos, principalmente desde el Perú, se le reclamaba al gobierno
chileno que no gastara tanto dinero en armas, porque los militares peruanos
comenzaban a presionar a los políticos para que Perú se armara en igual medida.
Chile jamás oyó estos reclamos
del vecindario, llegando a tener entre tres y cuatros veces más el poder de
fuego que Perú.
Pareciera que la versión exterior
que ve a Chile como un país algo imperialista y en constantes conflictos con
los países vecinos, tiene algo de razón. Incluso, con todo el armamento que los
militares chilenos han acumulado, hoy Chile se apresta a la posible pérdida de
territorio, mientras las armas están guardadas sin servir para nada en la
resolución de este conflicto en forma civilizada. En una corte internacional.
Habría que añadir que en Chile
las fuerzas armadas y también los gobernantes utilizan muy seguido el tema del
enemigo interno y del enemigo externo, en beneficio de un status quo que ya
hemos mencionado anteriormente en otros posteos.
La cultura hegemónica del poder
chileno ha mantenido la tesitura que si siempre las cosas fueron así, no hay por
que cambiarlas. Basta recordar a la señora designada Von Baer defender hace
unos meses, igual que a otros integrantes del gobierno chileno, que la
educación chilena siempre fue con lucro desde el siglo XlX y que ese es motivo
suficiente para mantener el status quo en el comercio de la educación, a pesar
que vivimos en el siglo XXl y que las cosas pareciera que han cambiado, y
bastante, en los últimos cien años.
No quisiera hablar sin
fundamentos, pero ya he oído a varios conocedores del tema, dentro de Chile,
que temen alguna pérdida de territorio marino. Y no habría que sorprenderse de
esto, e incluso habría que preparar al pueblo chileno que es posible perder en
La Haya. Menciono esto porque sería lamentable si algún exaltado nacionalista
comete un crimen xenófobo. No hay que olvidar que en estos casos, igual que en
las guerras, los que siempre pierden son los mismos: el pueblo humilde.
Por último, no hay que olvidar,
que los mismos que mantienen el status quo chileno, los que manejan las
políticas de enemigos externos e internos, reprimiendo con policías
militarizados, siempre en defensa de los grandes intereses económicos, son los
que entregaron el mar de los chilenos a un puñado de empresarios. Es este mar,
de algunos empresarios, el que se está disputando en La Haya, es mentira que es
el mar de todos los chilenos.
Debiéramos preocuparnos más por
las empresas que nos hacen vivir entre el olor a mierda, o nos dan carnes con
mercurio o dioxinas, o las empresas corruptas que nos venden remedios 20 veces
más caros, o la pésima educación que nos venden a precio de oro para seguir
siendo un pueblo oprimido, endeudado por siempre, y sin herramientas para
escapar de las injusticias.