El primer partido de Uruguay lo vimos en la terminal de
ómnibus de Río, en la plaza de comidas. Brasileños y argentinos gritaban los
goles ticos, casi tan fuerte como los propios. En San Pablo había tantos
brasileños disfrazados de ingleses como ingleses en el estadio. A esos
brasileños les grité en su cara “apátridas” mientras pasaban delante mío al
finalizar el partido. Porque una cosa es tener algo de simpatía por otro equipo
extranjero y muy distinto la actitud de muchos (no sólo brasileños) de estar en
la permanente actitud de temer cruzarse con tal o cual. Resisto esa mentalidad
mediocre y cagona, entiendo en parte a aquellos acostumbrados a ir a un mundial
a participar y nada más, pero de países con historia mundialista es de muy
cagones.
La excelente actuación uruguaya en el 2010, con Forlán como
el mejor jugador, haber eliminado a los argentinos en su propia casa en la copa
América 2011, más la obtención del título por la selección uruguaya, habiendo
sido Suárez el mejor jugador del torneo. Si le sumamos que indudablemente
Suárez es de los 3 o 4 mejores jugadores del mundo en este momento y ninguno es
brasileño, más la historia dolorosa del maracanazo, y quizá lo más importante:
los negocios de la FIFA mafiosa, Uruguay resulta una piedra molesta en los
zapatos de muchos.
Lo de Suárez es más intolerable del punto de vista
profesional que del Fair Play, porque termina dañando más a su propio equipo
que el daño que una mordida podría hacer a otro. He visto y sufrido (casi como
el que la recibió) codazos y patadas asesinas con vil intención, las mismas que
si cualquiera de nosotros hiciéramos en la calle merecerían un juicio y condena
con cárcel. Ni hablar de patadas que quiebran a un adversario, muchas veces
liquidándole la carrera futbolística.
Luis Suárez merece una sanción sin duda alguna, pero lo de
la FIFA es un disparate, parece más una venganza que justicia. Debemos recordar
que es la misma FIFA que obliga a todas sus federaciones integrantes a jamás
dirimir nada en tribunales judiciales, sin importar la gravedad de la falta o
delito. La FIFA es una organización con actitud dictatorial y mafiosa, y jamás
sabremos todos sus negocios turbios de lavado de dinero, mucho de el
proveniente de negocios de la prostitución, tráfico de personas, drogas,
negocios inmobiliarios ilegales de dirigentes vinculados a los políticos de sus
países, no pago de impuestos por transferencias, etc.
Luchito, que ya es un hombre maduro con familia e ingresos
económicos que le permiten resolver cualquier problema que pueda tener, o al
menos pagar la búsqueda de una solución, deberá entender que si quiere ser un
profesional no puede tener conductas preadolescentes en la cancha. Más cuando
perjudica a todo el equipo, e incluso a la imagen de un país que siempre se ha
destacado por sus valores culturales y sociales, a diferencia de otros que lo
hacen sólo por su economía o por su atraso social.
Por otro lado la FIFA con esta venganza, demuestra una vez
más que siempre hará todo lo posible para que los que lleguen al final sean
aquellos que puedan vender muy bien la televisación y eso no lo logra un país
de 3 millones de personas.
Luego del partido con los ticos la prensa brasileña le
bajaba el perfil a la celeste, en cambio luego del excelente partido que dejó a
los ingleses prácticamente afuera del mundial la cosa cambió. Uruguay y los
ticos dejaron a dos campeones europeos fuera de la copa claramente. No cabe
duda que el sorteo de grupos de la FIFA fue armado para que Brasil y Argentina
tuvieran un inicio tranquilo, jugando con equipos –en un principio- bastante sencillos, aunque el bajo
nivel de argentinos y brasileños llevó a que se sufriera más de lo esperado.
Que Uruguay eliminara a Italia implica que Brasil se cruce posiblemente
con la celeste en cuartos de final. Brasil no le tiene miedo a Chile, pero sabe
que no la sacará barata y si logra ganar para después tener que enfrentarse a
un rival rudo y áspero como Uruguay, no le viene nada mal empezar ganando de “oficio”.