miércoles, 28 de diciembre de 2011
RACISMO CHILEAN WAY
martes, 13 de diciembre de 2011
¿Hay que ser científico para evaluar la educación chilena?
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Cuando en una entrevista laboral dejas de ser persona.
Mi opinión es la visión desde este lado del mundo, Sud América.
Soy sincero, estoy cansado de que me entrevisten para empleos, que me hagan test, que me entrevisten psicólogos laborales, que me vendan a la empresa como el mejor lugar donde podría trabajar en el universo, que me exijan proactividad, estudios, compromiso, buena presencia, etc. , etc., etc. Pero a la hora de evaluar, mi honestidad, mi inteligencia y capacidades intelectuales no valen nada (cuando estoy seguro es lo más difícil de conseguir), incluso he quedado fuera de algunos empleos porque en el test no califiqué porque diagnosticaron que, posiblemente, pierda interés en ese trabajo y esté desconforme, dadas mis capacidades o preparación, Y me pregunto, ¿qué sabe el entrevistador del por qué me presenté a ese trabajo? Cuando solicito un empleo, no solicito un favor, ni deseo casarme con la empresa para toda mi vida.
A las empresas le conviene el libre mercado para conseguir trabajadores, si a tí no te sirve lo que pagan, hay 20 detrás tuyo dispuestos a trabajar, quizás hasta por menos. Y yo, dentro de sus reglas, si consigo un mejor empleo, mejor paga, me voy y me cambio. A no ser que prefiera mi trabajo actual por algunos factores fuera de lo económico, que suele pasar con empleadores serios y que valoran a sus empleados, principalmente como personas, no como a recursos humanos.
Y por último, me llama mucho, pero muchísimo la atención, esos empleadores que te exigen seas prácticamente PHD para ser el encargado de limpieza, te exigen el mayor compromiso con la empresa, y toda esa jerga laboral (proactividad, etc.) pero a la hora de pagar un sueldo, el empleador no hace su mayor esfuerzo, si no todo lo contrario, paga el mínimo por ley.
Necesitamos ya un cambio moral en lo laboral.
lunes, 26 de septiembre de 2011
¿Quién paga las malas políticas culturales de los gobiernos?
viernes, 23 de septiembre de 2011
La conspiración que anestesia a un pueblo.
En Chile la falta de participación, a la hora de las decisiones, es patológico. Lo digo en el sentido que es una sociedad bastante clasista, que ha funcionado por siglos con un pequeño grupo de poder, siempre aislando al pueblo de toda posible participación. Y prueba de ello han sido los golpes militares, la represión de las fuerzas armadas y policías en períodos de "democracia", evitando protestas y manifestaciones populares, como hace 100 años en la escuela Sta. María de Iquique, y si revisamos bien fueron más de 50 reconocidas, en el siglo XX, sin mencionar la dictadura de Pinochet. Podemos ver (http://www.archivochile.com/Historia_de_Chile/sta-ma2/2/stamatexrel000005.pdf ), que en general, los gobernantes chilenos utilizaron más de lo que la gente piensa y conoce, las estrategias de represión, incluyendo grandes masacres de hombres, niños y mujeres, principalmente contra los obreros salitreros, los ferroviarios, mineros, portuarios, sindicalistas de Punta Arenas, etc. cada vez que había organización obrera o popular, los gobiernos las eliminaban.
No es de extrañar la falta de participación actual, la gente aprendió a sangre y balas que no debía participar, a no meterse. Por supuesto, los poderosos de Chile siguen con otras estrategias nuevas para evitar la participación, generando mano de obra barata, mala educación generalizada, delimitar bien los territorios de acuerdo a las clases sociales, etc. Y esto pensando que los gobiernos de Chile aspiran a ser un país desarrollado, pero con políticas sociales internas de las peores de Sudamérica. ¿Cómo hacemos ahora, para que la gente se involucre sin temor y cambiarles el chip del individualismo, y que si se organizan ganan más que haciendo las cosas en forma independiente e individual? Porque los que tienen el poder no creo que estén muy de acuerdo en repartirlo, y la historia chilena lo demuestra bien clarito. Por algo en Chile menos del 10% de los trabajadores está sindicalizado. Una sociedad que rechaza sus derechos civiles, evidentemente está enferma.
Otro tema que mantiene el staus quo, manejando estratégicamente la comunicación "soberana", que mantiene una cierta unidad nacional, y que evidentemente desvía la realidad de dos Chiles opuestos, es la magnificada relevancia que se le da a la idea de vivir rodeados de países que quieren quitarle territorio a Chile.
Mientras en los colegios se les miente a los alumnos sobre el verdadero origen de la Guerra del Pacífico, creando una mitología, incluso, de héroes que no lo fueron, los chilenos viven eso como realidad y se sienten proclives a una posible invasión, casi a la misma medida que a las posibilidades de un terremoto.
Los chilenos se forman aprendiendo que el libertador de Chile no fue San Martín, deuda eterna al pueblo Argentino, muchas veces odiado y envidiado, o que Perú y Bolivia se aliaron para hacerle la guerra a Chile, cuando en realidad los concesionarios Ingleses de las salitreras bolivianas y chilenas, le pidieron al gobierno chileno que comenzara una guerra por intereses particulares de éstos. Qué inmensa casualidad, luego de ganar la guerra, Chile se queda con los territorios mineros y los "dueños de las minas" se hicieron multimillonarios, pagando casi nada de impuestos. Mientras, el pueblo chileno tenía índices de pobreza similares a los de África.
Por otro lado, un viejo tema, pero muy actual, que no se soluciona nunca. El alcoholismo en Chile es una epidemia, y los accidentes de tránsito, en gran parte por ebriedad de conductores y peatones, son similares a países con muchas veces más población que la nuestra.
No hay nada que inventar, todo ya se inventó, pero no hay intereses en poner impuestos a los alcoholes, que son menores que los de los combustibles para calentarse y cocinar, increíblemente. No se evita publicidades en espectáculos deportivos, en lugares que niños participan. La televisión y las publicidades promueven cada fecha patria como el último día en la tierra y que hay que beber hasta desfallecer. El estado, el Ministerio de Salud Pública no intervienen adecuadamente.
El resultado, un país con gran parte de la población anestesiada, alcohólica, esperando el momento para evadirse de la realidad inmodificable.
¿Le convienen a los grupos de poder, que gobiernan, que estos "anestesiados" lo dejen de estar?
Pero ayer, unos 150.000 chilenos demostraron que algunos cuantos están cambiando, al puro estilo de Matrix, hay gente que prefiere despertar, ver la realidad angustiante y luchar para cambiarla.
lunes, 22 de agosto de 2011
domingo, 31 de julio de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
Viajando por el tiempo.
miércoles, 29 de junio de 2011
¿Cuáles son los principales obstáculos, y cuáles las facilidades, que hay hoy en Chile para avanzar hacia el desarrollo local?
Por Lautaro Salgado
Para empezar me animaría a decir que Chile carece de encuestas sobre consumo de cultura y similares en cuanto a las industrias culturales, es más, hay varios trabajos que hablan sobre el tema y que indican que debe hacerse un buen diagnóstico de dónde está parada la cultura chilena para activar buenas políticas al respecto.
En la parte social, hay un estigma enorme, que divide socialmente al país entre ricos muy ricos, y una mayoría importante con un desarrollo socioeconómico bastante pobre para la realidad económica del país.
Y esto es parte del problema o fracaso del desarrollo local descentralizado y democratizador.
Por un lado los movimientos sociales están debilitados en general, por ejemplo:
-Varios sindicatos nacionales de trabajadores, empresas con multirut para evitar sindicalización o atomizar en varios sindicatos por empresa, debilitándolos.
-Discriminación hacia los mapuches y sus movimientos sociales, hacia los homosexuales y otras minorías que no acceden a igual desarrollo humano que el resto de la sociedad.
Aunque hay que reconocer que últimamente ha habido una explosión fuera de la norma en movilización social homosexuales, estudiantes, ecologistas, mapuches, con acciones diversas como marchas públicas con gran cantidad de participantes. Esto genera redes, capital social y de continuar debiera generar alguna ganancia.
Pero en general, las redes de poder y control son estáticas, muy poco elásticas. Donde siempre son las mismas etnias, grupos culturales y sociales, grupos por género o sexualidad los mal reconocidos o no aceptados en el lugar propio de los grupos de poder. Hay muy poca permeabilidad para que los grupos controlados puedan formar parte del lugar del poder, viviendo en la realidad en un sin número de no lugares.
Por ejemplo esto se nota a nivel municipal, cuando los ciudadanos realmente no sienten tener un relacionamiento con feed back con las autoridades. Pareciera que las autoridades luego de ser electas no consideran necesaria la participación directa del electorado. Llevando adelante, el alcalde, su plan político sin mayores reservas. Esto termina dañando parte del desarrollo local por falta de iniciativas populares tenidas en cuenta, muchas veces dañando la diversidad cultural y de ideas, al llevarse una política general hegemónica. Los representantes al final suelen ser siempre de los mismos sectores socioeconómicos.
Por otro lado, el estado se ha divido de tal manera que la lógica indica una descentralización, provincias, regiones, alcaldías. Pero la burocracia, en muchos casos, genera que mientras más alejado de la centralidad, más tarde se llega a resultados positivos locales. Para empezar, el capital social es más fuerte y las redes sociales son más fuertes mientras más cercanas al centro de poder central, ya que se poseen medios y recurso de mejor calidad, cercanía y facilidad para incidir.
De un punto de vista netamente cultural artística la democratización de la cultura se menciona como parte fundamental para el desarrollo local, la cual no sería posible con las políticas de las industrias culturales actuales y sin políticas culturales de protección en muchos casos.
Se justifica en que las leyes de mercado, impuestas en las industrias culturales, fallan, por ejemplo en:
el valor educativo y formativo de la cultura
el valor simbólico
la cultura como proceso investigador
la demanda de generaciones futuras
el valor de opción
“Uno de los objetivos que mayor consenso alcanza en el campo de la política cultural es el concepto de “democratización de la cultura”. Esta democratización se puede entender en varias dimensiones pero quizás la más tradicional tiene que ver con el hecho de que todos los ciudadanos tengan la opción, si lo desean, de acceder al consumo y a la práctica de bienes, actividades y servicios, reservados en sociedades premodernas a las élites económicas y culturales. Es decir, que tener la opción de escuchar al trompetista Marsalis, asistir a una obra de Chejov o poder contemplar una exposición de Piero Dorazi no sea sólo un privilegio de las clases altas…“(Pau Rausell Köster)
Hay que tener en cuenta lo que dice Néstor García Canclini, que las políticas culturales pueden perjudicar las condiciones de comunicación. Quedarnos con que las políticas de un estado son por sí positivas o siempre con buenas intenciones, es algo paradójico.
Los regímenes totalitarios la han utilizado para sus propios intereses, la cultura se usa como vehículo ideológico, legitimador y proselitista generalmente. Y no hay que olvidar el impacto electoral de una u otra política cultural. Pareciera que en parte, en Chile, se han utilizado con alguna lógica electoral, ya que la mayoría del arte y la cultura pasa por las zonas de gran densidad demográfica. Lo que económicamente es más rentable, que llevar un gran espectáculo a un extremo del país para una pequeña población. Inversión económica vs réditos en cantidad de votantes involucrados.
En base a democratizar la cultura chilena es que los últimos 20 años se han dirigido, supuestamente, las políticas culturales en el país.
Por ejemplo, a pesar de todas las medidas que largos volúmenes impresos a todo lujo y en forma propagandística, han hecho los últimos gobiernos, igual los analistas son críticos.
En este sentido, sobre el tema literatura y libros, Bernardo Subercaseaux afirmó en una entrevista que la gestión de los gobiernos concertacionistas en esta materia podría resumirse como buenas intenciones.
Y agrega en su texto La cultura en los gobiernos de la concertación “La tercera constatación es que áreas tradicionales vinculadas a la cultura ilustrada, como la del libro, la literatura y la industria editorial, han perdido relevancia y valoración social. Luego de una recuperación inicial, los índices posteriores a 1998 han caído sistemáticamente a pesar de celebraciones en torno a las figuras de Pablo Neruda y Gabriela Mistral (caídas en número de librerías, números de libros leídos por año, producción de libros por habitante, cifras de exportación e importación)”
Así mismo los autores de DEFINICIONES DE POLÍTICA CULTURAL 2005-2010 MAYO 2005 destacan que “Un país pobre en lectores condena su capacidad de comprender el mundo. En la misma medida que las personas sean capaces de leer y expresarse oralmente, también serán capaces de participar en una sociedad democrática.” Y que “Al respecto, resulta indicativo que en Chile tengamos aproximadamente 0,6 libros impresos per cápita en un año, mientras que países como Argentina alcanzan 1,1 libros per cápita, España un 4,6 y Francia un 7,9. Hay también un desequilibrio regional en lo referido a las casas editoras y a los canales de comercialización del libro: tenemos ocho regiones en las cuales no existen casas editoriales, y en la Región Metropolitana se encuentra el 42% de las 157 librerías o puntos de venta existentes en el país, en la región de Valparaíso el 13% y en la de Tarapacá el 6,3%, es decir 10 librerías. Los préstamos bibliotecarios, en cambio, ascienden a 0,12 libros per cápita en la Región Metropolitana mientras que en la Segunda Región, la cifra es de 0,55 libros.”
Y en cuanto a las artes escénicas agregan “Las personas pertenecientes al estrato socioeconómico bajo, de acuerdo a la encuesta de consumo cultural realizada por el CNCA y el INE en la región Metropolitana, están en gran medida excluidas del acceso a los bienes culturales y artísticos, limitando su consumo cultural a actividades realizadas en sus domicilios, esto es: ver televisión, escuchar radio, oír música.
El 93,6% de este segmento tiene un consumo cultural considerado bajo o mínimo, es decir, se encuentran excluidos de las actividades culturales que ocurren fuera del ámbito de los medios de comunicación. Por otra parte, sólo el 0,1% tiene un consumo cultural alto, que incluye más de diez bienes culturales diferentes. Entre los sectores de escasos recursos, sólo el 17,9% ha leído un libro en los últimos doce meses (aunque cerca de un 30% declara que le gustaría leer en su tiempo libre), sólo el 6,1% ha asistido al cine, y no más del 6% ha participado de un espectáculo escénico de teatro o danza”
Siguiendo con la falta de democratización en Chile, Subercaseaux afirma que “El gran tamaño de Santiago como mercado ha contribuido a centralizar aun más la producción artístico cultural. En el año 2000 se estrenaron 207 obras de teatro, todas en Santiago. De las 135 galerías de arte que hay en el país 127 de ellas están en la capital. Aún más, si se hiciera un catastro y un mapa de las salas de cine, galerías, librerías de libros, bibliotecas, museos y teatros del país, con toda seguridad un altísimo porcentaje estaría ubicado en las seis comunas más pudientes de Santiago.”
Con todo esto se concluye, solapadamente, que a pesar que se han invertido millones en diversas políticas culturales en Chile, son múltiples los ejemplos de estas políticas culturales “democratizadoras” que no democratizan y siguen manteniendo a mayorías enormes sin concurrir ni siquiera una vez en la vida a un teatro.
¿Cómo explicamos esto en Chile? A medida que crece su economía, las desigualdades sociales permanecen.Porque hay grandes problemas estructurales sociales, como desempleo, malos proceso de integración, frustración, desigualdades enormes, etc.
La cultura y el conocimiento, son las principales herramientas para que la sociedad deje de ser desigual.
Chile posee la institucionalidad legal e instituciones culturales muy importantes, pero centralizadas y las bases de una gran cantidad de redes sociales, pero muy atomizadas, que general poco capital social local en provincia. Hay que implementar una descentralización de la cultura, políticas y cultura de democratización, de respaldo y apoyo a las redes sociales, generando conocimiento para que los partícipes de las redes sociales generen mayor capital social, y promover de diferentes formas la asociatividad: centros deportivos, sociales, culturales, facilitando burocráticamente y asesorando a grupos sociales para que formen asociaciones. Promover leyes que permitan mejor temas como la sindicalización, cambiar la imagen respecto a los sindicalistas y sindicatos.
Por otro lado, en cuanto a la cultura y basado en los hechos, mi experiencia, y un análisis “diferente” al de la lógica que cualquier política cultural sería mejor que ninguna, propongo realizar una política cultural más centrada en experiencias exitosas de este mundo globalizado. Como por ejemplo la que ya trasmití del centro cultural Florencio Sánchez o la que el municipio de Montevideo, desde hace unos 15 años ha llevado, en una política de democratización diferente. Sabiendo lo que cuesta económicamente mantener una filarmónica ociosa, por ejemplo, y que es paga hasta por el ciudadano más pobre de la ciudad, se gestó una lógica diferente: si no vienen, vayamos a ellos.
Recuerdo que comenzaron haciendo conciertos gratuitos en iglesias de diferentes barrios, con una buena promoción en medios y resultó todo un éxito. A las iglesias iba mucha gente por primera vez a ver una orquesta, pero mucha era gente que gustaba de esa experiencia musical, y que por diferentes motivos no concurría al teatro Solís, lugar natural de la filarmónica.
En una segunda etapa, el director de la orquesta se plantea hacer temas populares de cine y personajes de Disney, entre otros, incluyendo participación de actores en el mismo escenario y también de los mismos músicos. Fue otro éxito, pero los principales espectadores provenían de la clase media. Se dio un paso más y se llevó nuevamente a los barrios, a parques, playas, con buen acceso de locomoción pública y miles se reunían a escuchar a una orquesta filarmónica tocando un tema de la Pantera Rosa o de Zitarrosa.
Entonces podríamos concluir en:
Sacar las artes “cultas” de las simbologías de los edificios “cultos”, llevándolas a espacios más democráticos.
Romper la lógica que dice que el mayor problema es el económico, cuando es muy probable que hayan limitantes de acceso “social” a determinados espacios, formas de vestir, apariencias físicas, incluso de locomoción para retornar a la casa a altas horas de la noche en distancias grandes.
Los programas educativos de enseñanza primaria y secundaria debieran tener incluido, varias veces al año, la visita de los niños y adolescentes a museos, exhibiciones de arte, artes escénicas, centros culturales, espacios de creación artística, artistas, etc. Si no hay en el lugar, trasladarlos a una ciudad cercana que posea estas instituciones. Creando, de esta manera, una democratización desde los inicios en la participación de estos espacios, más el imaginario colectivo que las artes están a disposición, en espacios “abiertos” para cualquiera y no sólo para una elite. Creando un “gusto” por las artes clásicas y modernas. Estas visitas pueden estar vinculadas a temas que se tratan en el curso.
Entradas gratuitas en todas las instituciones del estado (museos, teatros, centros culturales, etc.) para estudiantes y menores de edad y jubilados como en el punto anterior para promover hábitos de permanencia y participación en ellos.
Muestras itinerantes en regiones de toda la riqueza y diversidad de productos artísticos que hay en Santiago.
Políticas de intercambios culturales interregionales de grupos de teatro, danza, música, exposiciones de arte, etc.
Por último hay que realizar un buen diagnóstico de la situación actual, así enfocar los recursos en forma correcta, definir quién toma las decisiones en cuanto a la cultura: ¿Los técnicos en cultura, los políticos, los expertos, los agentes culturales y/o los ciudadanos?
Sin lugar a dudas, las políticas culturales dependen de quiénes las crean y hacia donde están dirigidas.
Generar y facilitar, sin poner trabas, la intervención de los ciudadanos en el proceso de desarrollo sociocultural, ya que los que saben mejor sobre sus características, falencia y oportunidades, son los mismos ciudadanos involucrados en su territorio, en sus lugares y no lugares a modificar.
Aprovechar los temas en común, las identidades de cada localidad y transformarlas en generadoras de redes sociales fortalecidas que creen gran capital social en cada localidad.
Araya, Rodrigo. 2010. Comunicación y sociabilidad. Texto de Apoyo del Curso
Boisier, Sergio. 2001. desarrollo (local): ¿De qué estamos hablando? En Madoery, Oscar y Antonio Vásquez – Barquero (Eds.) “Transformaciones globales, Instituciones y Políticas de desarrollo local”. Editorial Homo Sapiens, Rosario, 2001.
Winchester, Lucy. 2002. Reflexiones sobre una propuesta para el desarrollo local en Chile. Temas Sociales 44, Boletín del Programa de Pobreza y Políticas Sociales de SUR.
García Canclini, Nestor. 2004. ¿La mejor política cultural es la que no existe? Revista Telos: Cuadernos de comunicación e innovación nº 59, pp 10-11
Rausell Köster, Pau. Cultura, barata cultura. Diario El País, 5 julio 2003.
http://www.remiendoteatro.com/Notas/Cultura,%20barata%20cultura.htm
CNCA e INE, Las estadísticas de Chile - Cultura y tiempo libre, informe anual 2009
jueves, 12 de mayo de 2011
UNA MIRADA MESTIZA
En Uruguay viví en Montevideo, culturalmente una Buenos Aires pequeña, con idiosincrasia propia. A pesar de las diferencias notorias, no creo en el mundo, dos capitales tan parecidas culturalmente. Por supuesto que mucho aporte se generó desde la más grande, pero compartimos iguales orígenes, iguales corrientes inmigratorias y mucho aporte a la inversa. Tal es así, que sin llegar a la discusión de Gardel, el cual tenía pasaporte uruguayo cuando murió, diciendo que era nacido en Tacuarembó, la obra maestra del tango mundial, con la cual se suele representar a Argentina en mundiales, Juegos olímpicos, es uruguaya: La cumparsita. Me crié en un barrio llamado villa Cosmópolis, rodeado de armenios, judíos, gallegos, españoles de diversos sitios, vascos, italianos, libaneses, mi bisabuelo otomano, mi bisabuela lituana, otra bisabuela nieta de griegos, rusos, checoslovacos, yugoslavos, croatas, polacos, entre otras comunidades más pequeñas en la zona. Algunas, al prosperar económicamente, se movieron a zonas sociales más acomodadas, ya que la villa Cosmópolis era un barrio obrero, de industrias frigoríficas principalmente. Crecí viviendo el carnaval uruguayo, con conjuntos artísticos como la murga, de origen español y ahora totalmente acriollada, el candombe de los negros que casi sin variantes se mantiene lo más fiel posible a las tradiciones afrocoloniales, el tango con intercambios de ida y vuelta con buenos aires, una gran frontera con Brasil, donde en las principales ciudades una avenida abierta es el límite entre Brasil y Uruguay. Uno cruza de un lado al otro, a comprar, estudiar, al médico, etc., como si cruzara la alameda de vereda a vereda. En una de estas ciudades, Rivera, se generó un idioma nuevo, el portuñol. Usado principalmente del lado uruguayo. Sucede en igual medida que en Bs. As. gastronómicamente, arquitectónicamente, en los deportes, clubes formados por criollos, otros por extranjeros, iglesias armenias, clubes de lituanos, de griegos, gallegos, etc. donde se aprenden danzas típicas y el idioma, entre otros aspectos culturales. Si no explicara esto, no podría entendérseme el por qué de mi opinión respecto al tema solicitado. Ya hablé en mi otro trabajo, del curso de políticas culturales, la falta de políticas en Valdivia y alrededores, que me llegaban a dar la impresión que no se aprovechaba lo que había para un buen turismo cultural. Mi mirada no es la mirada del chileno medio, sólo en algunos sitios he encontrado miradas similares en Chile y Valdivia. Esta zona se destaca por presencia en un mismo lugar de una comunidad criolla alemana, originariamente alemana, criollos chilenos de origen español y poco mestizados, una gran mayoría mestiza (de criollos chilenos principalmente con población originaria) y población originaria, que si no me equivoco es principalmente mapuche en la región. Por lo que conozco de Chile, no es igual en todos lados, ya que me ha llamado la atención que la zona central es la única donde el criollo chileno tiene una población importante, además del mestizo. No se número, pero es lo que se ve a simple vista. Y parto por esto, porque la separación etnogenética en Chile es notoria. Desde este punto de vista vemos que en Valdivia los alemanes realmente no se mezclaron genéticamente, hasta varias generaciones de acriollonamiento, y pareciera que estos criollos alemanes se cruzaron principalmente con criollos chilenos, no con mestizos ni con mapuches. Posiblemente por temas de clases sociales. No se si en chile es un tema a tratarse, pero no se ven pobres rubios en general. En el río de la Plata, así como en Europa, América del norte ser rubio y pobre es normal. Esto indica que en Chile las poblaciones europeas no tuvieron ninguna intención de bajar de clase social ni de mestizarse. Es lo que se ve en Valdivia, descendientes de alemanes, con características europeas, o del chileno criollo. El mestizaje de mapuches y criollos chilenos, seguramente se dio en el medio rural cuando los mapuches comienzan a ser invadidos culturalmente y no hay una resistencia, que ahora si se ve, incluyendo el orgullo de serlo. Igualmente la discriminación social se ve muy nítidamente, aquellos que tenemos una mirada extraña, de formación diferente, como es mi caso, lo notamos al llegar a Chile casi inmediatamente. En todos lados pasó que el mestizo se veía como lo peor de la sociedad, ya que no eran ni indios ni blancos. Es el caso del gaucho, desterrado, viviendo en una frontera mitad indígena, mitad blanca, despreciado en ambos lados. La historia dice que formados los países, los nativos comienzan a ser perseguidos y terminan siendo el último escalón de la sociedad. Los mestizos, mejor vistos y no queriendo formar parte de lo peor junto con los indígenas, tienden y quieren formar parte de la cultura hegemónica criolla. Sin lugar a dudas la cultura hegemónica en Valdivia es la criolla chilena, la del huaso, la cueca, el pastel de choclo y la chicha, aunque ninguno de estos productos sean originarios de la zona. Tal es así que como no se da la vid, se hace chicha de manzana. Como dice Gerardo Mosquera “-lo que Yulian Bromlei llama "separación etnogenética”, a través de los cuales las culturas desplazadas se transforman dentro de sí mismas en reacción a un nuevo contexto y sus conflictos” (http://red.enfocarte.com/articulo_detalle.php?idarticulo=261&idcategoria=137) El alemán y su descendencia, al igual que antes el español, ante nuevos conflictos a resolver: climáticos, geográficos, las culturas locales enfrentadas, terminan perdiendo su identidad, para crear una nueva criolla. Y cuando estos se mestizan, ya no son el alemán o el español, son una nueva identidad cultural, acriollada de sus orígenes, pero otra. En la parte idiomática no se generó mestización evidente en Valdivia, ya que se habla Chileno, igual que en la región central. Se usan algunas palabras alemanas en lo gastronómico, pero no son parte del idioma chileno, si no del alemán, ya que Kuchen se traduce torta. Es en la parte gastronómica que se nota un poco más la heterogeneidad, comida criolla chilena, mestizada con la mapuche, las cecinas y la cerveza local, que aunque no son netamente de origen alemán, ni ya se fabrican artesanalmente a la manera alemana, los dueños y la “marca” son de origen alemán. Y sin lugar a dudas la chocolatería y confitería es principalmente de origen alemán, ya que ni españoles ni mapuches la tenían en su momento. La parte marina de la gastronomía es bien criolla chilena, con origen español, pero ha perdido toda identidad española, como en otro sitios de América que se sigue hablando de cocina gallega, paella, etc. Artísticamente no puedo hablar mucho del tema, ya que no conozco mucho el arte de la ciudad, lo poco que conozco es arte del llamado culto y elitista. Mucho apellido de origen gringo y de las burguesías criollas chilenas, y no confundo que alguien por tener apellido alemán, no indica que pinte según la escuela alemana de fulano de tal. En la música también se ve poco mestizaje, y se da un fenómeno de “frontera” entre la música del sur y del centro chileno. Mientras en actos patrios se escucha la cueca chilota y la del centro, se ve bien forzado la inserción de danzas y música pascuenses y nortinas. Sin lugar a dudas chile es multicultural, pero cada región tiene una identidad determinada, que escalonadamente se va diferenciando de las otras. Mientras más lejos, más diferente. Volviendo a ese fenómeno de frontera, entre el centro y el sur, un centro que aporta la ranchera mexica hecha por chilenos en la tierra de la cueca, y tonos musicales del sur muy penetrados por la música patagónica y pampeana argentina. Es común escuchar música argentina, Sandro, tango y otros, que parecieran haber causado furor en alguna época en esta zona, y hoy suenan en radios locales como melodías nostálgicas de algo que ya no es. O algún músico callejero tocando un tango con su acordeón. Recién en Panguipulli pude apreciar algo de música mapuche y en un ritual que supongo religioso. Ya que en radios, espacios abiertos, ferias, conmemoraciones, brilla por su ausencia. Como ya mencioné en el wiki, artesanalmente, entre los artículos chinos, peruanos, bolivianos, ecuatorianos y la producción local, hay un universo para que un sociólogo lo analice. Una transculturación a mi ver muy negativa, que puede venir de una falta de identidad debido a la negación social de una mayoría mestiza, respecto a parte de su origen. La arquitectura es quién más denota su pasado alemán. Las viejas casas alemanas de estilo que aún perduran son una buena cantidad, y son la parte que más indica ese origen al que viene de fuera. Luego los criollos alemanes también acriollan sus casas, con rasgos originarios, pero hechas según las necesidades propias, hasta derivar en un estilo de casas chilenas del sur, que perdieron toda identidad alemana. Se puede decir que la arquitectura chilena moderna, a su medida, emula a la norteamericana. Perdiendo todo rasgo de identidad nacional. Desconozco el tema de los clubes, ya que parecen bastante cerrados a extraños (elitistas), incluso el club español, al cual concurrimos (mi hijo nació en Madrid) para ver si habían actividades culturales para que mi hijo no perdiera parte de sus raíces, se nos informó que no las hay, que son más un club para socializar. En este tipo de clubes en le río de la Plata, cualquiera puede ir a aprender flamenco, danza árabe, hacer patín, deportes, sólo pagando una cuota mensual bastante asequible. Para terminar, agregaría que en Valdivia quedan vestigios de una cultura alemana, que se acriolló primero, perdió identidad y luego se mezcló, con otra cultura criolla chilena, que a pesar de ser minoría, la cultura hegemónica es la de los criollos chilenos Y el grupo mayoritario, proveniente de un mestizaje criollo chileno, con nativos, acepta esta cultura predominante y en gran parte escapa de la identidad nativa o indígena, ya que la cultura hegemónica socialmente ha visto siempre de una forma negativa y etnocultural a las naciones nativas del país. Se nota un esfuerzo por las diferentes culturas de tratar de mantener sus identidades lo más puras posibles, pero el tiempo todo lo puede, o desaparecen o se mestizan. Todo esto ha influenciado en las hibridaciones y transculturaciones, poco naturales o libres. Podríamos decir que fueron bastante manipuladas, programadas, aunque no se puede manejar tan sencillamente. Esto se ve más en el espacio urbano, hegemónico por excelencia del criollo chileno burgués. Hace muy poco un descendiente de alemán, aquí en Valdivia, hablando de esa tendencia cultural chilena amante de lo germano (los uniformes del ejército chileno, por ejemplo), me mencionó que parte del “programa” al traer alemanes a la región era mejorar la “raza” chilena. Por supuesto que esto no se enseña en el colegio, no es políticamente correcto mencionarlo, menos sabiendo que esa política fracasó, ya que los alemanes no lo entendieron como parte del trato, parece. Lautaro Salgado PS: Ninguna palabra (Burgués, criollo, mestizo, etc.) del texto fue usada en forma peyorativa, sólo traté de usar la que mejor imagen diera a mi idea en su momento. |
Siempre me sentí orgulloso de mi nombre, sabiendo la historia de Lautaro. Pero me llamaba la atención que en Chile no se usara como nombre común, como sí en Uruguay, país de mi familia materna (mi padre es chileno de Colchahua) dónde Tabaré, entre otros de origen indígena, son comunes.
Viví muchos años en el extranjero y tanto en Uruguay como en Buenos Aires se tiene la imagen del chileno normal como la persona que tiene la mezcla de español con indio, principalmente mapuche del centro al sur del territorio. Bajos, pelo oscuro, piel trigueña, ojos oscuros, pómulos prominentes, caras redondas, mujeres que tienden a tener sobrepeso y dispuesto en la cintura, no en las caderas como las europeas.
No es que en Uruguay o Buenos Aires , no hayan mestizos u otras mezclas, pero en general la población es blanca y de mayor altura al promedio chileno, incluso no hay que ir a los barrios altos para ver personas blancas y rubias, está lleno de personas de bajos ingresos rubios, cosa que en chile jamás vi.
Vivo en valdivia hace 3 años y he comprobado la teoría que los europeos que llegaron en el siglo XlX casi no se mezclaron con la población originaria, el 90% de la población de esta zona es mestiza, a pesar que se considera una zona de descendientes de alemanes por preponderancia. Y es cierto, aquí todos se creen alemanes o descendientes, así como he notado que pocos chilenos se sienten mestizos y descendientes de los mapuches. Hay una especie de negación a lo que el espejo delata y es sin dudas al alto racismo que existe en este país y sus consecuencias.
A pesar de hacer chistes de gallegos, Judíos, negros y otros, no me considero racista, me creo una persona normal, ya que mis bisabuelos eran uno lituano, otros otomano, griego, vasco, tengo antepasados polacos, vascos franceses, españoles, criollos uruguayos y criollos chilenos. Esto y lo cosmopolita del barrio en que me crié y de Buenos Aires, acostumbra a ver lo diferente como algo normal. Aquí en Chile en cambio, me encontré con una sociedad clasista, que determina que también sea racista a rajatabla y machista. Todo está unido, las mujeres suelen ser más pobres que los hombres en chile, ya que la mayoría (60%) no trabaja, las naciones indigenas están postergadas y sometidas a la pobreza también, lo que redunda en que sean afectadas por el clasismo chileno, que hoy es parte del sistema materialista y de consumo sin medición, pero que ya venía de antes, visto por mí en la década del 70 y por comentarios familiares donde algún pariente mío solía quejarse hace 50 años atrás por el futuro de su hijo al casarse con una rota mestiza. Comentarios similares escuché de varias personas y parece era común en los pueblos chicos y en el campo a mediados de siglo XX.
En general el extranjero que viene de paises cercanos, nota el clasismo que impera en la sociedad chilena y el racismo se ve en los diarios hablando mal de los peruanos o de los bolivianos, como si fueran menos que los chilenos, o en la tv que tanto en programas como en publicidades se ven personas bonitas, blancas y mejor rubias, como si uno viviera en un pais del norte de europa pero sólo de personas de buenos rasgos. Incluso no se ven discapacitados en las calles de chile, personas que rondan el 10% de la población, al igual que países de la región, pero dónde es normal cruzarse con un ciego, con personas en sillas de ruedas, incluso en colegios y universidades. Yo tuve varios compañeros discapacitados mientras estudiaba, ciegos, sordomudos, paraplejicos y muchos terminaron sus carreras universitarias. En cambio en chile he visto noticias donde no se les deja matricularse y nada sucede.
Los que tenemos otra mirada, nos sorprendemos al ver que mientras los chilenos se proclaman que están por llegar al desarrollo, tengan problemas de racismo y clasismo tan arraigados, que se ve en hospitales públicos el maltrato a personas de clases sociales bajas (lo he visto en persona muchas veces) o a los carabineros tratando en forma diferente a una persona pobre al arrestarla en comparación con personas de clases sociales altas, y que cuando se las enjuician los mismos jueces no permiten que la prensa entre al juicio y ni la prensa da los nombres ni muestra una foto del acusado.
Mi propia familia chilena, algunos con mejor situación económica que otros, me hablaban hace 3 años de un sur en pie de guerra, incendiado y dónde imperaba la violencia. Hace 3 años vivo en valdivia, suelo viajar a Santiago cada tanto y jamás vi lo que la prensa indicaba o mis parientes me decían. Incluso tuve acceso a ver lo contrario, como el estado chileno usa toda su fuerza, poder judicial, policial, publicitario, político y otros para seguir teniendo sometidos a los Mapuches. Bueno, igual sucede en la Isla de Pascua, dónde se robó y vendió territorio de los pascuences, que ahora es reclamado y el estado miente diciendo que es territorio chileno.
No entiendo que tanto chileno mestizo se considere antimapuche y que hasta ridiculice el ser Mapuche.
Me extraña mucho, que tanto gobiernos de la izquierda como de la derecha tengan las mísmas políticas de segregación y de clasismo, pero al profundizar ya no me extraña tanto, ya que veo tanto en la derecha como en la izquierda a personas de clases sociales similares, con apellidos que indican la pureza de sus antepasado, franceses, vascos, alemanes, que gobiernan desde siempre, dejando a sus hijos, sobrinos y nietos el legado de mantener la tradición y el poder bajo las mismas manos, sin importar el partido, democracia o dictadura, lo escencial es que el poder quede siempre entre ellos, los dueños de Chile.
Quizás ahora, desde hace poco, algunos grupos han visto que el poder siempre los olvida y vieron la nececidad de empezar a alzar la voz en varios lugares de Chile. El problema es que los mestizos, también siempre relegados, si le dan a elejir renegarán de sus raíces indígenas, traicionando para terminar siendo pasajeros de segunda, que piensan es mejor que de tercera.