lunes, 5 de noviembre de 2012

Una tarde con Leonardo Favio


Tenía unos 7 u 8 años, cuando al mediodía, luego de salir de la escuela y haber almorzado, jugaba en el gran fondo de la casa de mi abuela Anela. Entre fines de los 70s y comienzos de los 80, entre el enorme eucaliptus, el sauce y el cañaveral del fondo.
Recuerdo claramente, como si no hubiesen pasado más de tres décadas, los sonidos de esas primeras horas de la tarde.

La tranquilidad de la siesta en las calles del Cerro de Montevideo, algunas veces rota por el camión lechero a toda velocidad, otras por el cantorreo del heladero. El camión paraba en la esquina, en el almacén de Pepe. La cortina de enrollar subía y varios hombres hacían el recorrido desde el camión al almacén tintineando las botellas de vidrio verde dentro de sus casilleros de varillas metálicas.
En el fondo de la casa, me entretenía jugando de lunes a viernes mientras mi abuela lavaba platos y ollas del almuerzo. Del fondo de la casa de la Coca, o de la vieja de la calle Centro América, siempre llegaban las canciones de moda de aquel momento. Claro, las de moda para mujeres adultas: Los Pimpinela, Leonardo Favio, El puma, Dyango, Nino Bravo, entre tantos otros.

Yo era chico, pero ya tenía la opinión creada, que todos estos cantantes y que el programa “Aquí está su disco”, sólo lo escuchaban amas de casa que no trabajaban, vamos: la típica chusma del barrio. Canciones melosas, pegajosas hasta empalagar los oídos y adormecer el cerebro.
Hoy, treinta y tres años después, reconozco  que he escuchado a varios de los nombrados y que me han gustado, que reflejan una década en dónde éramos más humildes, más sencillos y hasta con mayores esperanzas.

Ya no suena la radio de la Coca o de la otra vieja, ni se ve a la madre de María Inés, saludando desde la distancia, a través de muros, alambrados y árboles… tampoco a mi abuela lavando los platos y quebrando alguno, ni Carlitos está arreglando televisores de los viejos a válvulas. No, ya no son los mismos vecinos alrededor, ni pasa el heladero canturreando, ni la leche viene en botellas de vidrio con tapitas de cartón o aluminio.

Hoy murió Leonardo Favio, alguien que descubrí de adulto aunque lo escuchaba desde niño. Un gran artista que reflejó de la mejor manera el sentir Rioplatense de dos naciones hermanas con tanto en común que nos sentimos diferentes.
No se como describir con palabras lo que siento: nostalgia, lejanía…entendimiento quizá.
Muchos tratan de aferrarse a recuerdos, incluso materiales, como los coleccionistas, que seguramente tratan de retener el tiempo en aquel momento añorado.
La verdad es que en determinado instante del camino, lo único seguro es que cada vez nos vamos quedando más solos.

Gracias Leonardo Favio, por tu compañía en aquellas tardes en el Cerro de Montevideo. Gracias a quienes encendían la radio, también.

viernes, 2 de noviembre de 2012

EL ENGAÑO CHILENO 4 - ÚLTIMA PARTE


Este año Chile crecerá entre un 5 y un 6 %, lo que supone mayor riqueza, pero ya vimos que no mejora la vida para los chilenos, seguiremos viviendo en un país desigual, con un grupo importante de personas que no tendrán una buena educación, trabajando por menos dinero del necesario y de lo justo, endeudándose en tiendas, en tratar de educar a sus hijos para que no sean mano de obra explotada, seguirán comprando cosas de mala calidad, a precio irreales, y cuando se enfermen o mueran les sacarán hasta la última moneda.
Simplemente viendo películas he visto como en el lejano oeste norteamericano, o en las guerras mundiales, sacarles las botas a un muerto era lo último que una persona decente podía hacer. Pero al sistema económico eso no le importa.

En USA la ganancia del sistema de salud está entre un 15 y un 20% del PIB nacional. Simplemente se ha generado un gran negocio en base a la enfermedad y la muerte, sin más principios que los del enriquecimiento personal. Por ejemplo, esta lógica de rentabilidad segura hace que siempre sea más lucrativo tratar enfermos de cáncer constantemente que encontrar una cura definitiva para esa enfermedad.
Quizás digan que me excedo, porque piensen que la medicina y la ciencia tienen aspectos altruistas, más que económicos. Y debo reconocerlo, pero lo que hay que aclarar siempre es que ninguna empresa o institución con fines de lucro tendrá un objetivo altruista. Y para demostrar la lógica empresarial de Isapres, AFPs, centros de educación que lucran, y otros, haré un ejercicio que demostrará hasta dónde el sistema carece de corazón y ética alguna.


La destrucción suele generar ganancia siempre al reconstruir. Por ejemplo una guerra destruye una ciudad, infraestructura que naturalmente habrá que reconstruir una vez finalizada la guerra. También durante la guerra, para destruir, se venden armas, siendo tan buen negocio que la industria de las armas es uno de los negocios más lucrativos del mundo. La industria de las armas, la farmacéutica (salud) y las finanzas (incluye a entidades que dan créditos) se disputan el primer puesto como las industrias más poderosas del mundo.
La destrucción, el caos y la delincuencia son convenientes, y un muy buen negocio para muchas empresas poderosas. En la lucha contra la delincuencia se ve necesario un poder represivo policial, naturalmente sostenido con los impuestos de todos los chilenos que no queremos ser víctimas de la delincuencia. Convenientemente este poder policial represivo, también sirve para mantener el “orden” establecido y reprimir cualquier posible protesta o acción contra el status quo. También en la lucha contra la delincuencia hay empresas de seguridad, guardias privados, alarmas, venta de armas y hasta cárceles privadas tenemos en Chile. Podemos decir que todos estos sistemas de lucha contra la delincuencia son un resultado y una necesidad. Por lo mismo, estas empresas dependen de la delincuencia para obtener sus ganancias. Si estas empresas se coluden de alguna manera con quienes tienen el poder político, podría suceder que se beneficiaran económicamente ambos si todo plan estatal contra la delincuencia falla siempre o no cumple con su finalidad cabalmente. A más delincuencia, más rentabilidad.

Quizás usted ya esté pensando que creo en teorías conspirativas, pues se equivoca, sólo indico hasta donde el sistema económico que tanto se defiende en Chile tiene grandes falencias y es permeable a la corrupción. Le daré un simple ejemplo. Cuando hay partidos de fútbol en Chile se necesita seguridad, que es brindada por el estado con carabineros, financiada con el dinero de los impuestos de todos los chilenos, vayamos al fútbol o no. Algunos cuadros de fútbol ahora son empresas, que participando en campeonatos venden jugadores a muy buen dinero, aparte de entradas y derechos televisivos por los partidos en canchas que necesitan seguridad. Estos cuadros son empresas, que lucran, sabemos de muchos políticos que son accionistas de estas empresas, que terminan obteniendo seguridad gratuita de la policía. Como toda empresa, han encontrado una forma de bajar costos de producción, teniendo mano de obra gratis, subvencionada con los impuestos de todos los chilenos. Aquí se coluden evidentemente los intereses de empresas con políticos para lucrar a costa del estado y de la gente.

Estos mismos políticos empresarios, gobernando Chile, invierten mucho tiempo de su gestión en decirnos que somos menos pobres que ayer. Es sumamente necesario pues deben demostrar que el sistema funciona, por supuesto que funciona para una minoría, pero la realidad de la inmensa mayoría de los chilenos es otra.
Mientras nos sigan vendiendo basura en las tiendas con altos intereses, mientras nos endeudemos para obtener una educación mediocre, mientras las Isapres sigan siendo un gran negocio de ganancias inmorales y las AFP sean empresas sumamente rentables para sus dueños pero obtengamos una jubilación de miseria, los chilenos seguiremos siendo pobres.

Seguiremos siendo un pueblo con la mitad de los trabajadores obteniendo un sueldo mínimo o poco más, con un 80% de analfabetismo funcional según la OCDE, y muriéndonos en hospitales esperando ser atendidos.

Nunca dejaremos de ser pobres si pagamos 10 por lo que vale 1, mientras por nuestro trabajo que vale 10 obtenemos menos de 5 y mientras muchos ganen una enormidad de dinero especulando y sin trabajar.

Y veremos que la democracia retrocederá cada vez más, llegando al punto que será cada vez más común ver que se reprimirá a quién se anime a quejarse por las injusticias. Nos reprimirán usando a la policía que todos sostenemos económicamente para cuidarnos, y los que mandarán reprimirnos serán a quienes hemos puesto en el gobierno para que representen nuestros intereses.