domingo, 11 de octubre de 2009

¿Qué es arte? ¿Qué es cultura?



¿Qué es arte? o ¿qué es cultura? Desde los orígenes de cultivar, cultivarse, etc, la mejor definición me la dieron en los ochenta en el liceo: Cultura es todo lo que hace el ser humano, mencionó un profesor de filosofía o literatura, entre otras definiciones. Y cuando lo he planteado en círculos que debieran abrir el término cultura, ha rechinado fuerte. Pero cuánta razón en que cada acto de un ser humano demuestra su cultura social, local, micro o macro, dependiendo del caso. Me han dicho que entonces defecar sería un acto de cultura y aclaro, no, defecar no, pero si la manera en que lo hacemos. Quién no conoce un relato o lo ha visto de algunos pueblos andinos donde las mujeres orinan y defecan en la calle tapadas por sus amplias polleras, esa misma calle donde venden, cocinan, comen, crian a sus hijos, digámoslo claro, esa calle donde viven. O las letrinas a metros de la casa en zonas rurales, para mantener los olores y pestes lejos de la vivienda. Usar papel blanco, suave, hasta con perfume, demostración de otras culturas más urbanas y de clase social más elevada económicamente hablando. Y hasta la manera de matar demuestra cultura, sensibilidad al dolor o no, venganza o intento de justicia. La historia nos muestra una búsqueda eterna en mejorar la manera de matar, tanto en velocidad, como en eficacia. También invenciones para hacerla más dolorosa o menos dolorosa al ser más rápida y certera, como la guillotina. Claro que un pueblo demuestra su cultura hasta en estos detalles, en como matan, como hacen la guerra, como defecan, como comen, que comen, etc. Todo, cada acto demuestra si pertenecemos a una cultura o a otra, si tenemos interés en otras. De ahí a la afirmación de muchos, que todas las culturas tienen un mismo nivel cultural... hay un trecho, creo. Siempre comparo la cantidad de neuronas y conexiones neuronales que habrá usado Beethoven para su 5ta. sinfonía y cuantas usara alguno de estos grupos de cumbiapop, cumbia villera o reageton (o reggaeton). Ya entrando en el arte propiamente, la definición de cultura apoyaría a la que usa Juan Italiano, todo es arte. Pero la que más me ha impresionado, no porque me interese personalmente, si no porque la veo muy real y habría que entrarle al tema a fondo por lo que ello representa, tanto en hegemonía artístico cultural como en varios otros sentidos, es la que un profesor universitario de Navarra nos comentó en un taller; Arte o una obra artística es toda aquella que entra en un circuito artístico establecido de una u otra manera. Museos, galerías, medios de comunicación, etc. Para empezar es claro que la sola realización de una obra no la convierte en arte. La valida un público consumidor, pero un público que sabe que está consumiendo arte o que sabe que está en un circuito artístico. Un cuadro en la feria de Tristan Narvaja no sería arte, sólo que estuviera hecho por un artista, o sea una persona ya considerada perteneciente al circuito. Si mi sobrina escribe versos en su diario y nadie los lee, nunca serán arte. Si un día lo lee su mamá o su hermana, tampoco serán arte aunque ellas aprecien la sensibilidad de mi sobrina. Pero si un día es impreso por una revista poética, aunque sea under, o una editorial plantea publicar esos versos con una intención comercial, entonces parecería que si es arte. Pero entonces si el propio autor, aún no validado como artista, publica por sus propios medios no sería artista ni arte lo publicado. La academia, la hegemonía artísticocultural actual deberían validarlo, a no ser que antes el público consumidor, demuestre un interés suficiente en esos libros de edición propia, como para que una editorial vea un posible negocio, o determinados círculos literarios se sientan interesados por la obra o el autor y se los introduzca de una manera u otra en esos círculos o circuitos. Duchamp, cuando muchos se maravillan en la capacidad de reconstruir, re-ver un objeto vulgar a una obra de arte, yo lo único que veo es un mensaje claro: cualquier porquería puede ser llamada arte. Y no lo digo yo, es lo que creo y siempre creí que decía ese mingitorio maravilloso, introducido y permitido ignorantemente en una gran sala de arte. Muchos artistas se han reído de los académicos, de los curadores, directores de salas, etc. Bueno, como no vengarse de toda esa gente que lucra, y muy bien, cuando se exhibe la obra de algún artista invitado, que no ve un peso por exponer su trabajo de años. Porque miren que se puede ser muy buen artista y no vender ni uno, o ser un mediocre y vender millones. ¿Famoso? ¿ Exitoso? ¿Reconocido? ¿Qué es más importante? Supongo que cada artista valorará de un punto de vista moral propio, incluyendo cuanto aprieta el bolsillo. Pero un artista que llega un momento y realiza todas sus obras en base a una metodología exitosa comercialmente hablando y deja de investigar sigue siendo artista? Dos ejemplos. Una señora chilena o un señor brasilero que son best seller y venden millones de libros anuales en base a un mecanismo simple de escritura comercial novelística, ¿son artistas? Un señor uruguayo de buen nombre que hace años solo pinta marinas, playas de Rocha con un par de gaviotas una y otra vez, ¿es artista? Parecería que sí pues están dentro del circuito y son exitosos y reconocidos en lo suyo. Pero al crear, ¿realmente se sienten con esa flama que a todo artista inflama interiormente ante el nacimiento de una nueva obra, única, capaz que hasta inmejorable en el resto de su vida? Si esos artistas, saben que deben hacer si o si un libro por contrato cada tanto con la editorial tal, o tantos cuadros porque tal o cual marchand le vende tantos mensualmente, entonces ellos mismos de una forma muy soslayada saben que no están produciendo arte si no un artículo de consumo comercial. Y lo último, ¿todo arte vale? ¿Todo arte es igual de valioso? Del punto de vista cultural sí, porque demuestra una expresión artística (cultural) de una cultura determinada, pero del punto de vista artístico, me niego profundamente a que alguien que usa toda su capacidad y más en elaborar una obra compleja o simple, pero usando todo su intelecto a la máxima expresión, sea valorado igualmente que a un pintor vanguardista que es incapaz de pintar un retrato como cualquier pintor clásico y sólo hace arte no figurativo, o alguien que se considera músico porque cuando se toma dos o tres cervezas se anima a golpear un tamboril con algo de armonía o ritmo. En lo que sí deberíamos estar de acuerdo, es que cultura no denota lo "culto" y que el arte ya no es aquel arte que buscaba lo bello. También que una obra artística puede gustar o no, pero que es más importante, mucho más importante, sus características técnicas. Terminando, diría que el vanguardismo actualmente nos lleva a un sitio donde se valora ya más la capacidad del artista para asombrarnos en sus locuras creativas, que en su capacidad para hacernos disfrutar intelectualmente de una obra bella o fea, pero que nos alimenta.




leer www.artexero.com.ar/nota2italiano.htm de Juan Angel Italiano



miércoles, 5 de agosto de 2009

Los olvidados de siempre: a tres años

Ayer, comenzó la primavera. Ayer pasado el mediodía, en Juncal casi Rincón, se desplomaron dos pisos de un edificio antiguo en reciclaje sobre obreros que allí laboraban.

Al menos hasta este momento-01: 30 hs. Am.-sacaron el cuerpo de uno de los dos hombres desaparecidos, muerto. Falta un muchacho de veintitrés años, posiblemente también esté muerto. (A las veinticuatro horas , casi exactas, encontraron al joven sin vida)

Por miedo a que cayera la fachada- todo el interior de parte del edificio era un montón de escombros entre cuatro paredes- se retrasaron las actuaciones para rescatar a un obrero que permanecía vivo y a la vista atrapado. Me extrañó que sus compañeros sólo se limitaban a alentar desde lejos y no a ayudarlo, sin importar si la fachada caía o no. Simplemente observaban al trabajar tratando de sacarse los restos de encima que lo enterraban.

Escuchando radio El Espectador, no sólo vuelvo a confirmar que es una emisora que da datos poco fidedignos, sino que hubo que escuchar a Mauricio Almada, como un demente, preguntado “lo sacan vivo o muerto”, dos o tres veces seguidas, preguntándole al notero que estaba en el lugar cubriendo la información, por el estado de un trabajador rescatado con vida por bomberos al rato del derrumbe. Otro bochornoso comentario fue: “¿le pusieron máscara de gas?”

¿A esto llegó la radio de este país, a que periodistas que se los saca del argumento producido antes del programa, digan estupideces sin pensar?

Cuatro horas más tarde del derrumbe, pasé por el lugar de camino al C.C.E. Poco vi, fue más la sensación de angustia por los dos individuos atrapados entre los escombros.

En la era de las comunicaciones globalizadas, a una cuadra del drama, gente anónima caminaba sin saber lo sucedido. Posiblemente cincuenta años antes, al menos en las manzanas de alrededor, todos se hubiesen enterado. Ahora nos enteramos a la distancia al instante, pero la vida alienante de esta ciudad-pueblo, sin contactos humanos en determinados ámbitos de nuestra vida, hace que la comunicación directamente no exista. Todos hemos subido a un ascensor solos, hacemos clic y quedamos en estado latente hasta que la luz aparece nuevamente al abrirse la puerta en nuestro piso, sin importar cuántos otros vayan al lado nuestro.

El arquitecto o ingeniero responsable de la obra puede que sea culpable de lo sucedido, sabiendo que generalmente estos profesionales poco están en las obras, delegando en otros. Esto último, ¿será un agravante o atenuante?

Pero por encima de la empresa constructora, ¿hay culpables a nivel de gobierno municipal, funcionarios públicos, inspectores de obra? Lo primero que hizo el intendente Erlich fue lavarse las manos.

La intendencia, bomberos, ministerio de trabajo, etc. una o varias reparticiones del estado deben ser las encargadas de dar autorización para realizar obras en edificios viejos.

Los representantes de la justicia, ¿llegaran a investigar hasta este nivel de funcionarios públicos y políticos? Si no investigan posibles culpabilidades u omisiones de funcionarios del estado o la municipalidad, pido a gritos que se cambie el sol de nuestro pabellón patrio y se ponga en su lugar un cacho de bananas.


Escrito el 22 de setiembre de 2006