domingo, 31 de octubre de 2010

¿A qué jugamos los chilenos?

No soy de esos fanáticos del fútbol que recuerdan años, jugadas,nombres, es más, el haber vivido muchos años en Uruguay me hacen desconocer algo de la historia diaria del fútbol chileno. Pero igualmente los logros, las aspiraciones, defectos y aciertos del pasado pueden leerse en el presente, el cual es un síntoma o consecuencia de lo anterior.

Más allá de los tejes y manejes, mafiosos o no, en forma tangencial de formas políticas o vinculadas a lo económico, en mayor medida o menor, es claro que la actualidad es la norma y no lo contrario. Y asi como muchos ven en forma positiva ese triunfalismo existista como el que se vivió en la clasificación al mundial, con los mineros y otros, claramente denota una necesidad, así como una patología. Chile quiere ser grande pero no da con la talla. Un pais agrícola, que exporta puras materias primas y casi sin valor agregado, nunca podrá ser desarrollado. Un temporero nunca va a ganar el mismo dinero que un obrero de la industria automotriz o de la computación. Y Chile se empeña en dividir las aguas socialmente para que sobren temporeros, cajeros de supermercados o vendedores de retail. Para lo otro hay que liberar los conocimientos y hacerlos económicamente accesibles. El problema de que la gente adquiera conocimiento, cultura, educación, es que también aspiran a más, económicamente y en derechos fundamentales como educación, alimentación, viviendas, justicia, bla, bla de buena calidad, no mediocre y buena sólo para algunos.

En el fútbol chileno se ve claramente esto de la mediocridad, eso de que nos creemos mejores que los bolivianos y los peruanos como país, pero no miramos mucho más allá por las dudas.

En 100 años el fútbol chileno no ha logrado casi nada en campeonatos internacionales, y ese es el síntoma de la enfermedad. Lo patológico que se celebre clasificaciones al mundial como otros festejarían el campeonato del mundo. Y no es algo aislado, que pasó ahora porque hacia dos o tres mundiales en los cuales no se participaba, no, es algo cíclico cada 16 o 20 años, se clasifica y se festeja, ya considerando a la selección como campeona , casi, del campeonato en que participará contra Argentina , Brasil, Alemania, Inglaterra, Italia, Uruguay, Holanda y algunos países que ocasionalmente dan buen espectáculo.

Si una nación valora en sobremanera la clasificación a un mundial, donde clasificaron 5 países de 10 en la zona, lo suficiente como para no ver la realidad, esa nación esta enferma o al menos necesita algo con que la adormezca un tiempo. Y eso llevó a que muchos se olvidaran de los perjudicados por el terremoto y el tsunami, de los posibles culpables, de las irregularidades... todo quedó en cero. Quizás en algunos países tercermundistas los grupos de poder manejen el fútbol porque les sirve como Circo Romano para manejar a las masas. Ya lo hicieron en 1978 en Argentina, con la gran diferencia que ellos si salen campeones cada tanto, en tantos campeonatos que hay hoy en día. Y en Chile seguro no se hace con intención, pues que bueno sería un logro internacional, de primera clase con la selección, para un gobierno en jaque o al menos con los números en rojo de aceptación popular. ¿Serán eso los intereses actuales? Ante el cambio de mentalidad de los jugadores chilenos dirigidos por Bielsa (que luego en sus cuadros vuelven a ser mediocres y no clasifican o no llegan a una final sudamericana), los resultados medianamente buenos y mejores que la norma, ¿quién duda que en un próximo campeonato internacional , quizás se logre un puesto mejor que en el mundial? Un gobierno, cualquier gobierno utilizaría de una u otra forma esa victoria para sacarle beneficio propio.

Pero Bielsa dio el Jaque. Si cambian la dirección él se va, y aquí está lo importante; muchos dicen que Bielsa no es imprescindible, y no lo es, sólo lo es para obtener buenos resultados, aquellos que difícilmente han logrado en 100 años seleccionadores chilenos. Es evidente que el fútbol en Chile es mediocre, que internacionalmente no gana nada y que hace décadas no hay un jugador chileno en un cuadro extranjero de primera linea mundial. Mientras un chileno añora con jugar en un cuadro grande argentino, varios jugadores argentinos, brasileros o uruguayos pelean por estar en el Mánchester, en Barcelona, en el Inter... Así somos, aspiramos a poco, nos comparamos con los más malos, nos engañamos con una victoria fugaz entre mil derrotas y creemos que si Bielsa se va, un Pelegrini, quizás, logre lo que un argentino, que en este caso lleva en sus genes que se gana o se gana, y que salir segundo nunca es un motivo para festejar.