sábado, 5 de enero de 2013

APOKALIPSIS CHILENSIS: La violencia que se viene


No defiendo el terrorismo, pero siempre he tratado de entender sus orígenes. También reconozco que muchas veces he visto como se trata de terroristas a la organización previa a algún tipo de revolución. También he vivido el terrorismo de estado, no en mi persona ni en familiares, pero estaba en el ambiente en la época de las dictaduras regionales.
Nadie en sus cabales puede aceptar la muerte de dos ancianos, como sucedió en Vilcún estos días. No quiero que se mal interprete, no apoyo el terrorismo ni los asesinatos.
Tampoco quiero entrar en la discusión si es un acto terrorista o no lo es, hay muchos intereses de por medio, económicos y políticos que darán su opinión respecto a esto y yo quiero separar la paja del trigo. Yo no tengo ningún interés económico ni soy partidario de ningún político chileno. Tampoco tengo un interés racial, ya que pareciera no soy descendiente mapuche (al menos que lo sepa)

Mi familia paterna es de clase media, de comerciantes de Colchahua. Mi familia materna son uruguayos, descendientes de inmigrantes europeos. Me eduqué y viví 35 años en Uruguay y Argentina.
Lo primero que percibí de la sociedad chilena, fue su racismo desenfrenado, el clasismo y la sociedad de castas que se ha creado en este país. Como ejemplo, a un pariente oscuro de piel el resto de mis parientes chilenos le llamaban  “raspado de queque” por ese raspado que se le hace a las partes negras quemadas en los pasteles al hornearlos, o “nana peruana”. Era evidente que esta persona se sentía muy mal cuando lo molestaban otros adultos y de la familia. Pero la lógica chilensis clasista y racista no tenía ningún tipo de piedad, ni siquiera el familiar.


He visto como pésimos educadores, profesoras o maestras de primaria exigen que a los niños inquietos se los medique con sedantes para que no molesten en clase. Estos niños se duermen en clase y por supuesto bajan su rendimiento intelectual, creando taras permanentes en estas generaciones.
Ya he hablado como se discrimina entre clases sociales y aspecto físico en los colegios chilenos, así que no lo reiteraré. Igual pasa en todos los ámbitos sociales en este país. Chile es un país en que no se ven senadores, diputados o ministros de origen humilde como en otros países de la región. No hay un Lula, un Mujica o similar. Incluso los políticos de izquierda chilenos podemos decir que son parte de una burguesía añeja. Y a pesar de ser Chile un país de mestizos (como toda Latinoamérica), no solemos ver estos rasgos físicos en las elites políticas y empresariales. Y la ausencia es total de etnias originales en los gobiernos chilenos.

Cuando se piensa en Mapuche, se piensa en un indio con collares de plata. Pero la realidad es que la mayoría de los Mapuche viven en ciudades, se visten a la manera “occidental”, y no debo explicar que estudian en universidades, montan negocios y empresas. Por supuesto que hay una mayoría de esta etnia que vive en la pobreza y sin oportunidades, por lo dicho anteriormente. Racismo.  Es tal el racismo que se palpa en este país que nadie niega que los Mapuche son los más pobres en Chile y que se los margina hace siglos. Se los trata de borrachos a viva voz y de haraganes por no tener la cultura industrial y agrícola de producir y explotar extensivamente sus tierras. Cultura que trajeron los alemanes a fines del siglo XlX: generar riqueza material en base a la explotación agrícola-ganadera.

En el libro LA HUELLA DEL FUEGO (del investigador e ingeniero forestal Luis Otero) podemos aprender como por décadas , estos inmigrantes y el gobierno, incendió la selva y bosques del sur chileno para producir agrícolamente.  Esto en Chile no se enseña y se ve como una proeza cultural, que muestra con orgullo las casas coloniales de maderas de árboles que casi llegaron a su extinción. En cambio hoy, otra mentalidad diferente, ve con horror como se quema el Amazonas para cultivar y para la ganadería.
Así como a los Mapuche se los discrimina y se los tiene sometidos culturalmente por siglos, también sucede con otras clases sociales, como ya dijimos, básicamente mestiza y pobre.
En Chile todos quieren ser clase media, todos los que pueden se definen clase media, nadie es mestizo y si no fuera porque sería una locura al espejo, la inmensa mayoría dirían que son descendientes de alemanes. No me burlo, esta es la clara muestra de una realidad que casi todo chileno vive: negarse como es por vergüenza.


Según estudios de la Fundación Sol chilena, la mitad de los trabajadores chilenos gana como máximo un sueldo mínimo de unos 400 dólares. Hay otro 25% que llega a los mil dólares.  Viviendo en Chile, viendo los costos de la educación, de la salud, de los alimentos, etc. yo diría que con menos de 3000 dólares mensuales por familia de cuatro  no se puede ser clase media. Imposible.  Y si mis números no son errados, no creo que haya mucho más de un 10% de chilenos clase media. Por supuesto que en todos los países los gobiernos maquillan los números, pero siempre dije, alguien deja de ser pobre cuando después de pagar todos sus gastos necesarios para vivir, educarse, vestirse, comprarse una casa y un auto, recién al tener capacidad de un ahorro mínimo (y no para una vivienda o auto) se estaría dejando de ser un pobre para pasar a la verdadera clase media.

En Chile la inmensa mayoría que puede comprar una casa nueva, compra una casa de materiales livianos, madera, generalmente con interiores revestidos de placas de yeso y techos de chapa. Son viviendas bastante buenas, aunque muy pequeñas en su diseño, relativamente baratas al contado, pero que se incendian muy fácilmente. Como en todos lados, las casas de ladrillo son mucho más caras.
La aspiración del chileno medio es comprarse una casa de estas a pagar en 25 años y mandar a la universidad a sus hijos con un crédito a 20 o 30 años, terminando de pagar hasta 3 o 4 veces el valor original. ¿De cuánto hablo? Pues hay gente que termina pagando 30 millones de pesos chilenos por un crédito universitario. Unos 60.000 dólares!!!! Para luego encontrarse con que la carrera que estudió era tan mala y su universidad era tan mala que el gobierno la cierra, como pasó con la Universidad del Mar recientemente, cerrada con unos 14000 estudiantes clientes.
El 80% de los chilenos está endeudado, y una persona endeudada acepta trabajos aunque le paguen menos.

Como dice Fernando Villegas en su libro APOKALYPSIS, en Chile parecería estar gestándose algo. Puede ser una revolución, una pseudorevolución o simplemente violentismo.
Hace dos días se quemó una casa en la Araucanía, murieron dos ancianos de una familia de origen suizo alemán, representante de esta cultura que Chile reivindica. Los asesinos son supuestamente violentistas Mapuche, que utilizan la quema de viviendas en sus terrenos usurpados y entregados a la inmigración europea hace más de 100 años.
El gobierno chileno actuó como siempre lo hace. Veo a los gobernantes en sus discursos y recuerdo un documental en que se mostraba como el gobierno de Bush promovió el sentir en el pueblo norteamericano que el enemigo era el terrorismo. Usaron muchísimas veces la palabra terrorismo en cada discurso. Hasta que se dieron las condiciones de aceptación social y se hizo el negocio de la guerra.

Me llama mucho la atención, que los que fueron defensores del terrorismo de estado hace unas décadas atrás, ahora estén tan preocupados por la justicia. También me llama mucho la atención, a aquellos que fueron gobernantes de izquierda anteriormente, y que nada hicieron por solucionar la marginación racial Mapuche, y hoy en la oposición opinen con deshonestidad intelectual. ¡Si todos ellos son racistas! Jamás alguno puso un mapuche en un ministerio. ¿Será porque todos los Mapuche son tontos, poco inteligentes? Ni hablo de las persecuciones y represión policial a Mapuche en gobiernos de izquierda. No me daría el tiempo.
Yo creo que ellos también creen en la teoría del indio borracho y vago. Lo extraño es que en Chile el nivel de alcoholismo es inmenso y transversal en todas las clases sociales. Pero claro, unos son borrachos despreciables de vino barato o chicha y los otros son honorables señores de corbata, bebedores sociales las 24 hs.
Igual que aquello que se dice que si eres homosexual pobre eres un mariquita, pero si tienes posición social eres un Gay.


Y así funciona Chile en la salud, en la educación y en la justicia. En chile siempre ha gobernado una aristocracia oligárquica, perteneciente a los dueños de fundos, empresas, etc. Pasan del gobierno a las empresas o de las empresas al gobierno, siempre defendiendo su "fundo". Tal es así que las leyes son muy laxas para reprimir a los delitos de cuello y corbata, generalmente con multas pequeñas en monto con respecto al daño o al robo empresarial.

Hace poco las 3 cadenas de farmacias que tienen como un 90% del mercado chileno de remedios, se coludieron para subir hasta 10 veces los valores de los remedios por varios años. Cuando se descubrió el crimen, se las multó con un valor ridículo para el monto robado, posiblemente menos del 10% robado a los clientes. Ningún preso.

Todos recordarán las imágenes que recorrieron el mundo, de un enorme edificio caído en Chile en el terremoto de 2010. Pues ese edificio se cayó por no cumplir las normas. No hay un empresario preso por ello. Sólo se juzgó al calculista y se le puso una multa que no podrá pagar porque no tiene ni uno.  Y así pasa en cada caso.
Hace unos años murieron varios niños por un alimento (caso ADN) mal producido que les causó hipocalemia y los empresarios están libres luego del juicio, porque antes nunca habían tenido mala conducta.  Nestlé estuvo vendiendo alimentos para bebés con altos niveles de plaguicidas y similares y nunca pasó nada.

La tienda La Polar, le robó aumentando deudas, al 10% de la población de Chile y allí sigue funcionando normalmente. Con suerte irán dos o tres tipos unos añitos a la sombra, a pesar que hubieron empresas externas involucradas, como calificadoras de riesgos y de fondos de pensiones.

Está lleno de colegios, liceos y universidades privadas chantas, que cobran y no educan. Los niños pasan de año pero no saben leer, son malos para las matemáticas y terminamos con una mayoría de chilenos con grandes dificultades para entender lo que leen si son muchas palabras. El 46% de los universitarios en Chile no entiende lo que lee; casi el 32% no puede asociar contenidos de más de una disciplina y el 33%  afirma que lee ocasionalmente, casi nunca o nunca (La Tercera, 1 de agosto de 2007).

Según la OCDE u OECD al menos un 60% de la fuerza laboral chilena tiene un nivel deficiente de comprensión de lectura, mientras que sólo 5% tiene un nivel “aceptable”

El 62% de los estudiantes que terminan primero básico no saben leer – El Mercurio 20 de abril de 2009

También según una nota del diario El Mercurio del 26 de julio del mismo año, el 37%  de los alumnos chilenos de 15 años no alcanza las competencias mínimas de comprensión lectora que deberían haber adquirido a esa edad

Y el peor dato del año 2004, en la Encuesta Internacional de Alfabetización de Adultos, en conjunto con el Instituto Nacional de Alfabetización de Estados Unidos, estableció que el 85% de los chilenos entre 16 y 65 años tiene comprensión lectora en el nivel 1 y son analfabetos funcionales. Apenas pueden entender la etiqueta de instrucciones de un producto.

Está claro que la gente ignorante es muy fácil de engañar y someter. El problema surge cuando esa gente se aviva, despierta de su sueño de décadas y ve que siempre los estuvieron manipulando, sometiendo, vilipendiando y que no tienen salida alguna.
Esa gente, que está generando rencores por años, que no tiene las herramientas intelectuales para resolver racionalmente, termina reaccionando muchas veces de la peor manera.
Y ahora, que poco a poco comienzan a verse las consecuencias de décadas y siglos, de racismo, explotación económica y física, las clases de élite solicitan que el “roterío”, que los “raspados de queque” o que los “indios borrachos” no reaccionen irracionalmente. A esa misma gente que no se les da las herramientas ni la educación para mejorar su intelecto, a esos ahora se les pide racionalidad.
Por años se trata como a animales de carga a la gente, se los vilipendia en forma racista y clasista: como bestias son tratados, como bestias responderán.

Yo advierto un futuro más violento a mediano plazo, y no sólo por temas raciales, ya llegará el momento de los secuestros expresos a hijos de empresarios como sucede en Argentina, Brasil y otros países.  El caldo de cultivo ya está pronto para todo esto.

Y en este caso de la Araucanía, la región chilena más pobre, con un estado reaccionando como siempre, con un poder de represión total para mantener el status quo, solo generará más violencia.
Ya es larga la historia de policías y militares matando civiles que protestan en gobiernos “democráticos” chilenos. El mayor caso fue hace 105 años en la escuela Sta. María de Iquique, con miles de muertos, entre 2000 y 3500 mencionan diversos historiadores. Mujeres, niños, ancianos y mineros del salitre caídos bajo las metralletas del glorioso ejército chileno. ¡Eran rotos!

El presidente y sus ministros piden unidad social en esta lucha contra el terrorismo; pues quiero dejar en claro, que a pesar de repudiar el asesinato de estos dos ancianos, yo no me uno a la lucha de un estado racista, gobernado por las élites políticas, empresariales y comerciales de Chile.
No mientras un carabinero mate a un niño de un balazo en la calle, o a un mapuche por la espalda y jamás vayan presos.
No mientras los empresarios y los políticos chilenos nunca vayan presos sin importar la cantidad que roben o los niños que maten.
No mientras en Chile haya una justicia, educación y salud para pobres y otra para los dueños del poder y del dinero.
Yo no soy cómplice ni de antisociales asesinos, ni de gobiernos genocidas, ni de empresarios explotadores, ni de pseudos demócratas
¡VIVA LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD! 
¡CON LIBERTAD NO OFENDO NI TEMO!


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