La muerte de los integrantes de la revista Charlie me resultó
mucho más que un atentado a la libertad de expresión.
Fue un ataque al corazón de la cultura occidental moderna, a
la libertad, a la vida como la conocemos en occidente.
Estoy indignado por aquellos occidentales o musulmanes que
en pleno disfrute de las bondades burguesas de occidente y sus libertades, usen
nuestra libertad de expresión para, con paños tibios, no desdeñar y poner pero a estas muertes.
Musulmanes que no tienen la misma fuerza en desvincularse y
rechazar en forma contundente y clara el terrorismo islámico. Ese terrorismo
islámico que ya forma parte de casi todo el mundo musulmán, matándose entre sí
chiítas y suníes como moscas.
En cambio sabemos como países árabes son los que mantienen
económicamente a estos terroristas con el dinero del petróleo que nosotros
compramos. Por ejemplo, EEUU defiende con su flota a países como Arabia
Saudita, con valores del Medioevo y con tiranos a cargo del poder, mientras
estos mismos valores antioccidentales (y también valores "antinorteamericanos" paradojicamente)
son promovidos por estos tiranos y sus terroristas en el occidente. Occidente también les vende las armas a estos terroristas, a estos países inmorales que matan a
su propia población con armas químicas.
Ya quedó claro en muchos países musulmanes que se defiende
el ataque a la revista Charlie por burlarse de su profeta. Incluso el ladrón
del presidente turco Ardogan lo dijo. Lo que nadie le dice a Ardogan es que si
Mahoma estuviera vivo, seguro le cortaría las manos al presidente turco por
ladrón.
Estos defensores de la imagen intocable de Mahoma, que en
sus países, el propio estado, permiten las ablaciones de clítoris de mujeres,
que matan mujeres lapidándolas, que matan a todo aquel que niegue a la religión
musulmana, que le disparan a una niña (hoy premio Nobel) que pide la libertad
de estudiar para todas las niñas en países musulmanes hundidos en la edad media,
ellos nos quieren dar lecciones de moral.
He visto a los fanáticos islamistas de ISIS matando
musulmanes iraquíes en fila, ayer a un niño de unos 10 o 12 años matando a dos
rusos de un disparo en la nuca. Lo hacen frente a cámaras, demostrando la
barbarie al máximo, ya que no tienen moral alguna y ni siquiera ocultan sus
crímenes.
Y es patológico, ya que todo delincuente sabe que al cometer algo no
lícito judicialmente o moralmente lo oculta o trata de ocultarlo.
Si su religión les pide realizar estos actos de esta forma
patológica, es porque sus enseñanzas religiosas son patológicas, como las
sectas occidentales que hemos conocido a lo largo del tiempo.
Los musulmanes que dicen no ser parte de esto, no han
demostrado con fuerza que no apoyan estos actos, y esto debe ser porque su
cultura religiosa tiene algo que ver en sus valores morales.
Occidente ya pasó por el terrorismo religioso cristiano, los
pobladores originarios de América también, y no hace mucho se vivió el
fanatismo político con resultados horribles en dictaduras por todo el
continente.
Todos aquellos que nos espantamos y estamos en contra ante
cualquier acto de terror, sea en México con los estudiantes muertos, sea por
las dictaduras, sea por el nazismo, por Stalin, por el sionismo que mantiene en
jaque a los palestinos sin importar sexo o edad, también debemos gritar con
fuerza que no queremos ni soportaremos que una cultura bárbara nos dicte moral
alguna.
En occidente tratamos de educar a nuestros hijos por igual
sin importar el sexo en base al respeto de la vida y derechos de todos, y en dónde los problemas por blasfemia o falta al honor
los resuelve un poder judicial objetivo y no una corte religiosa obtusa o fanáticos religiosos armados.
En occidente a nuestros propios sicópatas perversos los
repudiamos, así que también repudiamos a los sicópatas perversos de todos
lados. Es la hora de elegir entre vivir en el siglo XXI o retroceder mil años
en nuestra forma de vivir respecto a nuestras libertades y derechos humanos.
(Y aclaro: mi bisabuelo Hassam Ismail era turco otomano, musulmán. Nació en el norte de Grecia, de familia de terratenientes y militares otomanos, hijo de albanesa y se casó con mi bisabuela cristiana y lituana en Uruguay)
(Y aclaro: mi bisabuelo Hassam Ismail era turco otomano, musulmán. Nació en el norte de Grecia, de familia de terratenientes y militares otomanos, hijo de albanesa y se casó con mi bisabuela cristiana y lituana en Uruguay)
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