miércoles, 14 de enero de 2015

CHARLIE O BARBARIE

La muerte de los integrantes de la revista Charlie me resultó mucho más que un atentado a la libertad de expresión.
Fue un ataque al corazón de la cultura occidental moderna, a la libertad, a la vida como la conocemos en occidente.

Estoy indignado por aquellos occidentales o musulmanes que en pleno disfrute de las bondades burguesas de occidente y sus libertades, usen nuestra libertad de expresión para, con paños tibios, no desdeñar y poner pero a estas muertes.


Musulmanes que no tienen la misma fuerza en desvincularse y rechazar en forma contundente y clara el terrorismo islámico. Ese terrorismo islámico que ya forma parte de casi todo el mundo musulmán, matándose entre sí chiítas y suníes como moscas.

En cambio sabemos como países árabes son los que mantienen económicamente a estos terroristas con el dinero del petróleo que nosotros compramos. Por ejemplo, EEUU defiende con su flota a países como Arabia Saudita, con valores del Medioevo y con tiranos a cargo del poder, mientras estos mismos valores antioccidentales (y también valores "antinorteamericanos" paradojicamente) son promovidos por estos tiranos y sus terroristas en el occidente. Occidente también les vende las armas a estos terroristas, a estos países inmorales que matan a su propia población con armas químicas.

Ya quedó claro en muchos países musulmanes que se defiende el ataque a la revista Charlie por burlarse de su profeta. Incluso el ladrón del presidente turco Ardogan lo dijo. Lo que nadie le dice a Ardogan es que si Mahoma estuviera vivo, seguro le cortaría las manos al presidente turco por ladrón.

Estos defensores de la imagen intocable de Mahoma, que en sus países, el propio estado, permiten las ablaciones de clítoris de mujeres, que matan mujeres lapidándolas, que matan a todo aquel que niegue a la religión musulmana, que le disparan a una niña (hoy premio Nobel) que pide la libertad de estudiar para todas las niñas en países musulmanes hundidos en la edad media, ellos nos quieren dar lecciones de moral.

He visto a los fanáticos islamistas de ISIS matando musulmanes iraquíes en fila, ayer a un niño de unos 10 o 12 años matando a dos rusos de un disparo en la nuca. Lo hacen frente a cámaras, demostrando la barbarie al máximo, ya que no tienen moral alguna y ni siquiera ocultan sus crímenes. 

Y es patológico, ya que todo delincuente sabe que al cometer algo no lícito judicialmente o moralmente lo oculta o trata de ocultarlo.
Si su religión les pide realizar estos actos de esta forma patológica, es porque sus enseñanzas religiosas son patológicas, como las sectas occidentales que hemos conocido a lo largo del tiempo.



Los musulmanes que dicen no ser parte de esto, no han demostrado con fuerza que no apoyan estos actos, y esto debe ser porque su cultura religiosa tiene algo que ver en sus valores morales.

Occidente ya pasó por el terrorismo religioso cristiano, los pobladores originarios de América también, y no hace mucho se vivió el fanatismo político con resultados horribles en dictaduras por todo el continente.

Todos aquellos que nos espantamos y estamos en contra ante cualquier acto de terror, sea en México con los estudiantes muertos, sea por las dictaduras, sea por el nazismo, por Stalin, por el sionismo que mantiene en jaque a los palestinos sin importar sexo o edad, también debemos gritar con fuerza que no queremos ni soportaremos que una cultura bárbara nos dicte moral alguna.

En occidente tratamos de educar a nuestros hijos por igual sin importar el sexo en base al respeto de la vida y derechos de todos, y en dónde los problemas por blasfemia o falta al honor los resuelve un poder judicial objetivo y no una corte religiosa obtusa o fanáticos religiosos armados.


En occidente a nuestros propios sicópatas perversos los repudiamos, así que también repudiamos a los sicópatas perversos de todos lados. Es la hora de elegir entre vivir en el siglo XXI o retroceder mil años en nuestra forma de vivir respecto a nuestras libertades y derechos humanos.

(Y aclaro: mi bisabuelo Hassam Ismail era turco otomano, musulmán. Nació en el norte de Grecia, de familia de terratenientes y militares otomanos, hijo de albanesa y se casó con mi bisabuela cristiana y lituana en Uruguay)

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