viernes, 2 de noviembre de 2012

EL ENGAÑO CHILENO 4 - ÚLTIMA PARTE


Este año Chile crecerá entre un 5 y un 6 %, lo que supone mayor riqueza, pero ya vimos que no mejora la vida para los chilenos, seguiremos viviendo en un país desigual, con un grupo importante de personas que no tendrán una buena educación, trabajando por menos dinero del necesario y de lo justo, endeudándose en tiendas, en tratar de educar a sus hijos para que no sean mano de obra explotada, seguirán comprando cosas de mala calidad, a precio irreales, y cuando se enfermen o mueran les sacarán hasta la última moneda.
Simplemente viendo películas he visto como en el lejano oeste norteamericano, o en las guerras mundiales, sacarles las botas a un muerto era lo último que una persona decente podía hacer. Pero al sistema económico eso no le importa.

En USA la ganancia del sistema de salud está entre un 15 y un 20% del PIB nacional. Simplemente se ha generado un gran negocio en base a la enfermedad y la muerte, sin más principios que los del enriquecimiento personal. Por ejemplo, esta lógica de rentabilidad segura hace que siempre sea más lucrativo tratar enfermos de cáncer constantemente que encontrar una cura definitiva para esa enfermedad.
Quizás digan que me excedo, porque piensen que la medicina y la ciencia tienen aspectos altruistas, más que económicos. Y debo reconocerlo, pero lo que hay que aclarar siempre es que ninguna empresa o institución con fines de lucro tendrá un objetivo altruista. Y para demostrar la lógica empresarial de Isapres, AFPs, centros de educación que lucran, y otros, haré un ejercicio que demostrará hasta dónde el sistema carece de corazón y ética alguna.


La destrucción suele generar ganancia siempre al reconstruir. Por ejemplo una guerra destruye una ciudad, infraestructura que naturalmente habrá que reconstruir una vez finalizada la guerra. También durante la guerra, para destruir, se venden armas, siendo tan buen negocio que la industria de las armas es uno de los negocios más lucrativos del mundo. La industria de las armas, la farmacéutica (salud) y las finanzas (incluye a entidades que dan créditos) se disputan el primer puesto como las industrias más poderosas del mundo.
La destrucción, el caos y la delincuencia son convenientes, y un muy buen negocio para muchas empresas poderosas. En la lucha contra la delincuencia se ve necesario un poder represivo policial, naturalmente sostenido con los impuestos de todos los chilenos que no queremos ser víctimas de la delincuencia. Convenientemente este poder policial represivo, también sirve para mantener el “orden” establecido y reprimir cualquier posible protesta o acción contra el status quo. También en la lucha contra la delincuencia hay empresas de seguridad, guardias privados, alarmas, venta de armas y hasta cárceles privadas tenemos en Chile. Podemos decir que todos estos sistemas de lucha contra la delincuencia son un resultado y una necesidad. Por lo mismo, estas empresas dependen de la delincuencia para obtener sus ganancias. Si estas empresas se coluden de alguna manera con quienes tienen el poder político, podría suceder que se beneficiaran económicamente ambos si todo plan estatal contra la delincuencia falla siempre o no cumple con su finalidad cabalmente. A más delincuencia, más rentabilidad.

Quizás usted ya esté pensando que creo en teorías conspirativas, pues se equivoca, sólo indico hasta donde el sistema económico que tanto se defiende en Chile tiene grandes falencias y es permeable a la corrupción. Le daré un simple ejemplo. Cuando hay partidos de fútbol en Chile se necesita seguridad, que es brindada por el estado con carabineros, financiada con el dinero de los impuestos de todos los chilenos, vayamos al fútbol o no. Algunos cuadros de fútbol ahora son empresas, que participando en campeonatos venden jugadores a muy buen dinero, aparte de entradas y derechos televisivos por los partidos en canchas que necesitan seguridad. Estos cuadros son empresas, que lucran, sabemos de muchos políticos que son accionistas de estas empresas, que terminan obteniendo seguridad gratuita de la policía. Como toda empresa, han encontrado una forma de bajar costos de producción, teniendo mano de obra gratis, subvencionada con los impuestos de todos los chilenos. Aquí se coluden evidentemente los intereses de empresas con políticos para lucrar a costa del estado y de la gente.

Estos mismos políticos empresarios, gobernando Chile, invierten mucho tiempo de su gestión en decirnos que somos menos pobres que ayer. Es sumamente necesario pues deben demostrar que el sistema funciona, por supuesto que funciona para una minoría, pero la realidad de la inmensa mayoría de los chilenos es otra.
Mientras nos sigan vendiendo basura en las tiendas con altos intereses, mientras nos endeudemos para obtener una educación mediocre, mientras las Isapres sigan siendo un gran negocio de ganancias inmorales y las AFP sean empresas sumamente rentables para sus dueños pero obtengamos una jubilación de miseria, los chilenos seguiremos siendo pobres.

Seguiremos siendo un pueblo con la mitad de los trabajadores obteniendo un sueldo mínimo o poco más, con un 80% de analfabetismo funcional según la OCDE, y muriéndonos en hospitales esperando ser atendidos.

Nunca dejaremos de ser pobres si pagamos 10 por lo que vale 1, mientras por nuestro trabajo que vale 10 obtenemos menos de 5 y mientras muchos ganen una enormidad de dinero especulando y sin trabajar.

Y veremos que la democracia retrocederá cada vez más, llegando al punto que será cada vez más común ver que se reprimirá a quién se anime a quejarse por las injusticias. Nos reprimirán usando a la policía que todos sostenemos económicamente para cuidarnos, y los que mandarán reprimirnos serán a quienes hemos puesto en el gobierno para que representen nuestros intereses.

1 comentario:

  1. No se trata de teorías conspirativas, si no de verdades que oculta el sistema, las herramientas son muchas: educación deficiente, endeudamiento, sueldos miserables, desinformación, represión, injusticia... Concuerdo con lo que expresas se instauran sistemas económicos "malignos" después de alguna catástrofe natural o provocada, generalmente por la fuerza, lo vivimos, ahora Europa.

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