martes, 27 de julio de 2010

Racismo a la chilena...

Xenofobia?

En Iquique surgió una noticia que me ha dejado pensando. Un perro fue castrado, supuestamente, por una persona que es dueño de un restaurante y las crónicas indican que se realizó con un machete y a sangre fría.

Como ecologista desde mi adolescencia, ex socio de Greenpeace y amante de los animales pienso en el pobre animal, su dolor, la bestialidad de quien lo hizo y que merece un castigo justo. Pero lo que me llama la atención es la falta imparcialidad de la prensa, de los noticieros. Incluso el guiño solapado que los noticieros hacen en casos similares y lo peor: los chilenos, los simples chilenos no nos damos cuenta.

En primer lugar los actos violentos hacia el local, del supuesto culpable, no se podrían catalogar de mejor manera que de racismo y xenofobia. En otros casos similares donde los culpables eran chilenos y hasta profesionales veterinarios, no hubo jamás actos de violencia, sólo denuncias. Es muy fácil apedrear el comercio de un presunto acusado de delito extranjero en Chile. Claro, si no es gringo, porque a un gringo no le harían eso. Tampoco nunca vi algo similar ante chilenos poderosos, profesionales, empresarios que hacen barbaries un millón de veces peores y hacia la vida humana.

No recuerdo ni un huevo tirado a los responsables y a los gerentes de aquella empresa que vendía suplementos alimentarios para discapacitados, niños y ancianos, donde varios niños y adultos resultaron intoxicados con daños permanentes y alguno muerto. Incluso me acuerdo del poco filo que tenía la espada de la Justicia el día que se condenó a estas personas, menos años que un roto condenado por robo con violencia. Pero claro, estos señores que viven en barrios altos, en sus condominios, que usan traje y perfumes buenos, de piel blanca o casi blanca, de cuello estirado y que se hacen llamar “Don”, no tanto por su calidad de gente si no por su posición económica y social.

Tampoco me pareció proporcionado el actuar de los enfadados nortinos con algo de razón, con la reacción en general del pueblo chileno cuando se supo de los arreglos para cobrar hasta 50 veces más caro remedios en las 3 cadenas de farmacias. Recuerdo algunas protestas, algún apedreo, gritos pelados. Yo estaba en Niebla, a 15 km de la farmacia más cercana en Valdivia y sentí una impotencia terrible, nadie protestó en Valdivia… Lo único que vi fue en la televisión y sucedía en algún local de Santiago. Ninguna piedra, por más rabia que tuviera, llegaría desde mis manos a tan larga distancia, ni mi voz se oiría. Enfrentando la realidad de un pueblo que no sabe reclamar por sus derechos, no como en otros que echan a un mal presidente o se quejan por subas de combustible, o por el mal transporte público, no, aquí eso no se hace, decidí tomar mi propia medida y evitar al máximo comprar en esas farmacias, en pocas palabras boicotear económicamente a las empresas que pusieron en riesgo la vida de miles de chilenos que debieron pagar más caro su derecho a tener una buena salud. Soy hipertenso y había remedios para hipertensos hiperalzados de valor. Si no tomo los remedios indicados, puedo tener en poco tiempo varios problemas asociados con la presión alta y quedar lisiado con una hemiplejia, y hasta morirme, así que siempre he pensado cuánta gente mayor de pocos recursos habrá muerto de “muerte natural” por fallas cardíacas, de riñones, hipertensión, etc. por causa de las alzas de precios. No lo puedo probar, tampoco me pueden probar lo contrario, pero siendo realista es más que probable que haya sucedido. ¿Alguien fue acusado por los daños que provocaron en aquellas personas que dejaron de comprar sus remedios o cambiarlos por otros más baratos y de menor calidad? No, se les puso una multita, seguramente igual a la ganancia de un día y siguieron funcionando, vendiendo y recibiendo a los mismos clientes, antes estafados, ahora tontos por insistir tropezar dos veces en la misma piedra. Ningún diputado, ningún fiscal que actuara de oficio, se silenció simplemente y el país siguió andando como si nada. Tampoco ningún periodista explicó a esa gente que le cuesta un poco más entender (ese 50% de chilenos analfabetos funcionales que tiene Chile desde los 14 a los 65 años) que no es lo mismo que suban los precios de los remedios que de la lechuga, el pisco o la carne para el 18. Esta gente opera mafiosamente, son criminales y siguen teniendo patente para lucrar mafiosamente hasta el día de hoy y nadie, absolutamente nadie hace algo respecto a tan horrible crimen. ¡El mismo remedio que el ministerio de salud lo compraba a mil pesos al laboratorio, las farmacias lo vendían en promedios de 20.000 pesos!

¿Y si los dueños hubiesen sido chinos, negros, mapuches, peruanos, o pakistaníes? Apuesto dinero que no tengo que se le apedreaban a unos cuantos locales y se los invitaba a volver a su sitio de origen.

Esta sociedad está enferma, no quiere ver que en plena democracia a los civiles aún se los juzgan en cortes militares “por daño de obra” o sea por romperle un botón a un carabinero en un forcejeo. A esos mismos carabineros que te acusan ante la prensa de todo el país que eres un violador, aunque no lo seas, dan tus nombres y apellidos, donde vives y todavía te hacen pasar frente a las cámaras para que te vean, claro siempre que seas de una población o villa, a los violadores que viven en condominios el trato es otro. Reitero el ejemplo del carabinero que mató por la espalda aun joven mapuche el año pasado y se lo condenó a sólo dos años de prisión. El joven mapuche no era ningún delincuente, tampoco estaba armado, nunca se demostró. O sea que cualquier carabinero por matarme por error será con suerte condenado a unos meses de prisión y seguro que por buena conducta lo liberan antes. Hace unos días se atrapó en Argentina al lautarista supuestamente asesino del carabinero en el asalto al banco. De ser culpable quiero ver cuántos años le dan y comparar con otro asesinato pero de un civil. En ningún país la vida de un policía vale más que la de un trabajador común y corriente, aquí en Chile sí, y no sólo la vida, el carabinero tiene ciertos beneficios en casos de cometer el error de asesinar por la espalda. ¿La culpa es de los carabineros? ¡No! La culpa es nuestra, permitir una policía militarizada con todo lo que ello implica, en permitir que un civil, por más perro, asesino o bárbaro sea que lo enjuicien en tribunales militares y que militares y policías en delitos comunes sean juzgados por su propio gremio, “hoy por ti, mañana por mí”.

En todas las golpizas que he visto en tv de guardias de seguridad de tiendas y supermercados, siempre ha sido a rotos, a flaites, a ebrios, ¿y por qué? Por racismo, clasismo, ese guardia en ese minuto es el patrón de fundo, aunque sea vecino en la misma población del lanza, del mechero. Y cuidado, que si un señor bien vestido o señora elegante ha robado y el guardia fue testigo, el administrador del local va a pedir el 100% de seguridad al guardia de lo que vio o se hará el tonto y mirará para otro lado. Y en el extremo caso que se actué, en la caja, amablemente se le pedirá que cancele lo que olvidó pagar. Esto lo viví muchas veces trabajando en supermercados y lo vi yo, no me lo contaron.

Sin lugar a dudas esta sociedad está tan enferma que ya casi no quedan personas que puedan diagnosticarla. Un machismo exacerbado con números de asesinatos de mujeres iguales a países 5 veces más grandes en población, racismo, xenofobia contra los peruanos y bolivianos todos los días, clasismo y racismo entre los propios chilenos, incluso por esos mismos chilenos que se creen blancos, por tener color más claro que el resto, pero que en Europa serán sudacas y en Estados Unidos latinos sucios. Nos creemos diferentes, incluso de los bolivianos y de los peruanos y en Montevideo o en Buenos Aires, lugares donde viví años, no nos distinguen por el físico, sólo por la manera de hablar, para ellos somos todos indios y tan errados no están, el problema es si ser indio es ser menos. Algún día tendremos que pararnos ante un espejo real y ver nuestros ojos alargados indígenas, nuestros pómulos altos y sobresalientes indígenas, nuestro pelo negro, llovido y lacio indígena, nuestras narices largas, con los orificios grandes y las aletas elevadas de los indígenas del sur, las caras redondas, la baja altura promedio, el color de piel y de ojos.

Y si hasta de Felipe Camiroaga me han dicho varias extranjeras que tiene los típicos ojitos de “Comegato” chileno, recordando aquel personaje tan típico de Condorito…

miércoles, 7 de julio de 2010

Mojado hace dos meses.

Cuando estaba en la vi región extrañaba el mar,la lluvia y el verde del paisaje. era una fea sensación de añoranza. ahora estoy re podrido de tanta lluvia sosa continua, sin truenos, sin rayos, no mucha agua por lluvia pero si la suficiente para estropear una salida, tantos días grises, sosos, muy fome.ahora entiendo a aquellos que huyeron de aquí al norte y me decían eso mismo.yo acostumbrado a las lluvias de uruguay que en un día llueve por medio año, pero el resto de los días son bonitos, o incluso que llueve con sol, o esas tormentas de vientos de 120 km x h, con rayos que estremecen la casa como un bombardeo, cosas que le ponen color al menos... acá no, llovizna, garúa, para, lluviecita, chaparrón ,para, humedad, gris, lluvia, para , chaparrón , para... Y ni siquiera se puede ver la cordillera nevada como en San Fernando o Rancagua!!! Valdivia es una ciudad preciosa, hay unos paisaje expectaculares alrededor,yendo a Niebla por ejemplo (los extraño) pero por favorrrrr que alguien cierre la llave (canilla) y prenda al solllllll...

sábado, 3 de julio de 2010

Memoria sin filtrar










Hace dos atrás viajé desde chile, sitio donde vivo actualmente a Mendoza y fui a la vieja estación con mi hijo de tres años, casi los mismos que tenía en 1976 cuando crucé desde allí a Chile ida y vuelta por el viejo tren a cremallera que cruzaba la cordillera. En el año 1979 lo hicimos nuevamente junto a mis padres. por aquellos años había un pase mensual, creo, donde se viajaba todo lo que se quería en tren en algunos países sud americanos. Partíamos de Montevideo a Colonia, cruzábamos a Buenos Aires, donde reiniciaríamos la marcha en tren a Santiago, previa escala en la bella Mendoza. No recuerdo pero eran días de viaje uniendo los dos océanos. Luego en chile viajábamos 1100 km al sur, a Puerto Montt. 6000 km entre ida y vuelta a Mdeo.
Llegué a la estación con mucha nostalgia que sucumbió ante la estación quemada y vacía, donde antes miles hablaban, cuidaban sus maletas, compraban pasajes, se tomaban un café con medialunas o esperaban taciturnamente sentados. Recorrí vías, interiores, sus varios pisos, baños, sitios perdidos junto a mi señora e hijo, quizás repitiendo una historia que no quiero dejar pasar.
Me gustó mucho enterarme que en la casa del guardabarreras había un emprendimiento cultural y estaba cuidado. Volví más de 30 años en el tiempo y alguna lágrima quiso escaparse esta vez. Tienen una ciudad hermosa y el tren es parte de la historia de la ciudad, de inmigrantes, de quienes cruzamos la cordillera, de argentinos y extranjeros que nos sentiríamos sumamente gratificados el ver a esa estación en funcionamiento nuevamente y de ver orgullosa a Mendoza, una de las ciudades más bonitas de la Argentina.

Arriba 2 fotos de la estación de trenes de Mendoza, junio 2008 y otra de la cordillera de los Andes donde se ve un puente ferroviario del antiguo tren a cremallera.

Otro incendio en la estación General San Martín, Mendoza